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“Es un fallo del sistema. No debería haber pasado”

Pilar Orenes, subdirectora de Oxfam Intermón, asegura que se han tomado medidas para evitar que se repitan casos similares al ocurrido en Haití en 2010, cuando personal de la ONG contrató prostitutas

Alejandra Agudo
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"Del 2011 hasta ahora hay muchas cosas que han evolucionado y, probablemente, el sistema y los canales de entonces no son los mismos de ahora. Algunas de las cosas no pasarían en este momento en Oxfam". Así ha respondido Pilar Orenes, subdirectora de Oxfam Intermón y responsable de recursos humanos en la organización en España, a las críticas a la ONG por la respuesta y actuación (dirigidas a ocultar, según tales críticas) dada en 2011 cuando conoció que parte de sus trabajadores desplazados a Haití tras el terremoto de 2010 habían contratado prostitutas.

Orenes ha atendido una entrevista en directo retransmitida a través de las redes sociales de EL PAÍS y realizada por el equipo de Planeta Futuro y la sección de Internacional. En su opinión, cuando la ONG conoció el caso se podría haber gestionado mejor la comunicación. "Nosotros hemos reconocido el hecho en sí, y no solo eso, sino que compartimos la indignación, la tristeza y la vergüenza porque estas cosas pasen. Necesitamos aprender de ello".

Hoy, ha continuado, sus sistemas internos de comunicación y gestión de recursos humanos son distintos a los de entonces. Ahora todo el tercer sector tiene el reto de revisar sus mecanismos de salvaguarda para que el personal que ha dejado de trabajar en una organización por conductas inadecuadas (incluso ilegales) no pueda unirse a otra ONG, ha asegurado. "Para evitar estos casos, lo importante son las personas". Por eso, su proceso de selección es "muy fuerte" y se cruzan las referencias. "Es obligatorio pedir dos, que además son comprobadas para ver qué conducta y desempeño [del candidato]. De igual manera, cuando ocurre algo en nuestra organización, queda en el expediente laboral, en nuestra base de datos, y cuando nos piden referencias no las damos positivas e informamos".

¿Qué falló entonces para que el belga Roland van Hauwermeiren, quien estaba al cargo de la misión de Oxfam en Haití en 2011, siguiera en la organización si esta conocía que había tenido la misma "indignante" conducta en Chad en 2006? "Un fallo del sistema. Esto no debería haber pasado", se limita a responder Orenes. Uno tan grave que ha llevado a la directora adjunta de Oxfam, Penny Lawrence, a dimitir este lunes.

En Oxfam Intermón tenemos el buzón ético y un código de conducta que firmamos todos los trabajadores

"Los contextos de crisis te llevan a tomar una serie de decisiones aceleradas porque necesitas un recurso, pero nada es justificable con lo que pasó". En momentos de emergencias, los riesgos son mayores y, por ello, las precauciones deberían serlo también, ha matizado.

¿Cuáles son esas medidas, mecanismos, precauciones especiales para que no pase? "No voy a justificar nada porque es injustificable, pero tenemos los mecanismos, los casos afloran y los comunicamos", ha afirmado. "En Oxfam Intermón tenemos el buzón ético y un código de conducta que firmamos todos los trabajadores, trabajadoras y voluntarios que incorporamos a la organización, y que dice muy clarito: 'Bienvenidos a Oxfam Intermón, esta organización tiene estos valores y tienes que estar de acuerdo con ellos, e indica las prácticas que están prohibidas". 

Denunciar ante las autoridades de los países este tipo de casos, según Orenes, forma parte de los protocolos de la organización. "No resolver el problema internamente", ha añadido. Pero no fue lo que ocurrió en el caso de Haití, ni en Chad cinco años antes. Helen Evans, exjefa de Oxfam, encargada de gestionar las denuncias internas, ha asegurado que son muchos más los que se han silenciado. En una entrevista en Channel 4 ha afirmado que la dirección de la organización ignoró sus informes sobre la magnitud del escándalo de abusos sexuales.

Ante la evidencia de que su código de conducta en realidad no contempla sanciones a este y otros tipos de comportamientos contrarios a los valores de Oxfam, Orenes ha respondido que medidas como la suspensión en el cargo o despido de quien se demuestre que ha cometido abusos, "seguro que forman parte de los protocolos de implementación" de los códigos. "Hay desde amonestaciones hasta salidas, que como organización es lo más fuerte que puedes hacer. Las sanciones están y se producen, pero tenemos que mejorar". Sin embargo, Orenes no ha aportado ningún ejemplo de que esto haya sucedido tal como describe.

El Gobierno británico y la Unión Europea han manifestado que estudiarán la posibilidad de retirar los fondos a esta y otras ONG con denuncias similares. Los donantes individuales podrían estar pensando lo mismo y dudar si sus aportaciones se estarán usando para cometer abusos. "El dinero de las personas que están en su casa y apoyan a Oxfam Intermón no ha ido a contratar prostitutas en Haití, es importante decirlo", ha anotado Orenes. "No es un caso que haya sido gestionado por Oxfam Intermón o financiado por los fondos de ningún socio y la administración española", ha aclarado. "Pero somos conscientes de que mucha gente está indignada. Yo, que llevo 17 años trabajando en Oxfam Intermón y antes fui voluntaria, estoy indignada y avergonzada, ¿cómo no lo van a estar nuestros socios? Seguro que va a haber reacciones de bajas y trabajaremos para recuperar la confianza de esas personas. Necesitamos esa ayuda porque seguimos queriendo cambiar el mundo".

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Sobre la firma

Alejandra Agudo
Reportera de EL PAÍS especializada en desarrollo sostenible (derechos de las mujeres y pobreza extrema), ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Miembro de la Junta Directiva de Reporteros Sin Fronteras. Antes trabajó en la radio, revistas de información local, económica y el Tercer Sector. Licenciada en periodismo por la UCM

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