_
_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Por decreto

El pueblo no olvida ni perdona, parece que eso a Kuczynski se le olvidó

Leila Guerriero
El presidente peruano Pedro Pablo Kuczynski observa mientras su abogado Alberto Borea habla ante el Congreso Nacional peruano en Lima.
El presidente peruano Pedro Pablo Kuczynski observa mientras su abogado Alberto Borea habla ante el Congreso Nacional peruano en Lima.© GETTYIMAGES

En Perú, desde 1963 cada año lleva un nombre: 1970 fue el decentísimo Año de los Precursores de la Independencia; 1991, el inquietante Año de la Austeridad y la Planificación Familiar; 1996, el insólito Año de los 600.000 Turistas. El Gobierno de Alejandro Toledo nombró 2002 Año de la Verdad y la Reconciliación Nacional. La Comisión de la Verdad y la Reconciliación, que investigaba los hechos de violencia sucedidos allí entre 1980 y 2000, estaba en plena tarea y es probable que la palabra “verdad” diluyera la cuota siniestra que aporta siempre en América Latina lo de “reconciliación nacional”: en esta parte del mundo, cuando sobreviene el período posterior a aquel durante el cual el Estado devino máquina de masacrar ciudadanos, la palabra “reconciliación” se traduce como “impunidad para los victimarios”. En 2017 —Año del Buen Servicio al Ciudadano—, el presidente Pedro Pablo Kuczynski fue sometido a juicio por su presunto vínculo con el caso Odebrecht. En diciembre, un puñado de votos, entre ellos de fujimoristas, evitó su destitución. “Mañana empieza un nuevo capítulo en nuestra historia —tuiteó él, contentísimo—: reconciliación y reconstrucción de nuestro país. Una sola fuerza, un solo Perú”. Tres días después dejó claro de qué hablaba y concedió el indulto “por razones humanitarias” al expresidente Alberto Fujimori, condenado en 2009 a 25 años de prisión por delitos de lesa humanidad, entre ellos las masacres de Barrios Altos y La Cantuta. El 6 de enero, Kuczynski bautizó 2018, por decreto supremo, Año del Diálogo y la Reconciliación Nacional. Durante su juicio político había pedido a los congresistas que no apoyaran su destitución “sin sustento, porque el pueblo no olvida ni perdona”. En efecto: ni olvida ni perdona. Y menos por decreto. Pero parece que se le olvidó.

Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
Suscríbete aquí

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Leila Guerriero
Periodista argentina, su trabajo se publica en diversos medios de América Latina y Europa. Es autora de los libros: 'Los suicidas del fin del mundo', 'Frutos extraños', 'Una historia sencilla', 'Opus Gelber', 'Teoría de la gravedad' y 'La otra guerra', entre otros. Colabora en la Cadena SER. En EL PAÍS escribe columnas, crónicas y perfiles.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_