Inocencia exagerada

En la comisión contra la corrupción del PP vi una escena propia para un chiste de Forges. La diputada del PP no quiso hacer ninguna pregunta a Correa porque creía en su presunción de inocencia. El PP ha llegado al esperpento cuando uno de los suyos cae en sospechas, pues él mismo había confesado repetidas veces sus hechos delictivos. Sus estrategias parecen humorísticas, ante la avalancha de datos y, sobre todo, confesiones, en los que también dicen que es cosa de la defensa. Yo les diría que no hagan más el ridículo, por favor. Y a sus asesores, que dimitan.— César Moya Villasante. Madrid.