Todos los secretos de Ferrari

Bertrand Lavier es uno de los escultores vivos más cotizados del mundo. Hace unos años, estrelló su Ferrari Dino 308 GT4 y llamó al amasijo resultante Objeto encontrado. Al poco tiempo, la obra se subastó por 250.000 dólares (unos 200.000 euros). La marca del cavallino rampante en el logo genera un entusiasmo febril en cualquiera de sus formas, incluso siniestrado.

Tanto en quienes se ponen al volante como en los que se limitan a ver pasar sus creaciones a una velocidad endiablada. Su hacedor a principios del siglo pasado, Enzo Ferrari, dio en el clavo cuando las definió como “un sueño para los pocos que los conducen y para la mayoría que no”.

Ferrari dejo más citas brillantes: “Cuando usted compra un Ferrari, le regalo casi todo. Solo paga por el motor”.

El libro Ferrari under the skin (Ferrari bajo la piel), editado por Phaidon, se mete dentro de la icónica marca y recorre casi un siglo de estas esculturas rodantes, “obras de arte equiparables a las de Van Gogh o Mozart”, según el propio autor.

La historia de Ferrari no es una historia de coches, sino de la obstinación de Enzo Ferrari por crear las máquinas más rápidas fuera y dentro del circuito. Este libro recoge el espíritu del fundador: “No me considero ingeniero. Más bien soy un agitador de ideas”.

Hasta el 15 de abril se puede ver una exposición sobre el libro en el Desing Museum de Londres.