_
_
_
_
Claves
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Populismo sin ‘momentum’

Dormirse en los laureles sería descansar en la imprudencia

Kenneth Roth, director ejecutivo de la organización en defensa de los Derechos Humanos "Human Rights Watch" (HRW).Vídeo: EFE
Xavier Vidal-Folch

Los populismos perdieron comba en 2017 y “parecen menos inevitables que en 2016”. El “impulso populista no es inevitable”. Puede “revertirse si Gobiernos y ciudadanos” le plantan cara.

Así lo sostiene el informe anual de Human Rights Watch (HRW), una entidad respetada, a medias oenegé y observatorio mundial.

HRW aflora su decepción por la deriva populista/vertical de los dos grandes anglosajones, EE UU y Reino Unido. Y una rendida admiración por su reverso, el presidente francés Emmanuel Macron y su oposición al ultra Frente Nacional, de la familia Le Pen.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Su militancia no era solo democratista, sino también europeísta, radicalmente europeísta, diáfanamente europeísta. Marine Le Pen perdió las elecciones, contra augurios y sondeos, porque Macron la abrumó con su apuesta por el euro y por la UE.

La derrota mundial del populismo (no su desaparición) en 2017 es, sobre todo, cosecha europea contra pronóstico en Austria (presidenciales), en Holanda, en Francia, en Alemania.

Atención: la victoria democrática autoriza algún sarcasmo sobre el eterno acierto de los casandras. Pero ningún ilusionismo de que la tarea esté cumplimentada: si acaso, la convicción comprobada de que la única receta practicable es la ofensiva democrática. Y federal: antiendogámica.

Dormirse en los laureles sería descansar en la imprudencia. Los populistas no han alcanzado el triunfo donde se descontaba, como en Francia y en Holanda. Y capotan en países como España, salvo en media Cataluña.

Pero se agarran a plataformas de influencia mediante coaliciones con la derecha convencional (Austria). O en la expectativa de retorcerle el hígado (Alemania): por eso debe reeditarse una Gran Coalición, de tinte más social. O en la reiteración del nacionalismo más racista, en Polonia o Hungría, por lo que la Unión deberá ser exigente. O sea, deberá proseguir su amenaza de sanciones, incluso hasta la de retirar ayudas económicas.

¿Por qué, pese a su sostenida amenaza, declina el populismo? Porque el azote de la Gran Recesión, el uniformismo identitario de la globalización y el neoliberalismo deshumanizado eran su caldo de cultivo. Agotado ese momento, ha perdido en buena parte su momentum. Pero alerta. Sigue ahí, coleando.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_