Provocar en Reyes
La orientación sexual y, por extensión, la elección de una forma de vida es una cuestión privada
“Si es que van provocando”. “Si a mí lo que hagan en su casa me da igual, pero que no vengan a molestarnos a nosotros”. “Qué van a pensar los niños”.
Estas frases, y otras similares, suelen escucharse antes, durante y después del Orgullo Gay. Pero hoy es la víspera del Día de Reyes, y en Madrid suenan por igual tras la incorporación a la tradicional cabalgata de una carroza de la diversidad. Creo que vale la pena analizar los ejemplos arriba citados para comprender por qué esto no es una polémica artificial, ni irrelevante.
Primero el “si es que van provocando”. Precisamente esa es la idea: provocar. Dicho de otra forma: mientras haya quien se sienta interpelado por lo diferente, la provocación será útil política y socialmente para quien aspira a vivir en pie de igualdad. El sentimiento de interpelación demuestra por sí solo que dicha igualdad aún está lejos de lograrse.
El “que lo hagan en su casa” puede responderse con una extensión de lo anterior: es en la capacidad de conquistar el espacio público con normalidad donde se dirime una parte del conflicto por la igualdad. La orientación sexual y, por extensión, la elección de una forma de vida es una cuestión privada. O debería: deja de serlo cuando, por ejemplo, la representación de todas las opciones no está garantizada en los contextos públicos.
Pero los niños, ¿no deberían estar protegidos de toda esta polémica? Solo si uno considera que la crianza es un asunto exclusivamente privado, y que es viable que lo sea, manteniendo a todos los menores en una especie de burbuja dominada por sus padres. Demasiado bien sabemos que no es así, y probablemente son mayoría en España aquellos que piensan que ni siquiera debería serlo, aunque fuese posible construir dicha burbuja.
En resumen: el conflicto existe porque la carroza provoca estos y otros comentarios, con lo que la primera queda bien justificada por los segundos. Que esta noche volverán a repetirse, en torno al roscón o a los dulces recogidos a los pies de la cabalgata. Los niños los oirán, igual que verán la carroza de la diversidad desfilar ante ellos. Y podrán decidir qué futuro escogen para sí mismos. @jorgegalindo
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