El conflicto sirio, contado con ojos de padre

El recuento más reciente de la Red Siria por los Derechos Humanos (SNHR) corresponde al pasado 17 de diciembre: “SNHR ha documentado la muerte de trece civiles, incluyendo cuatro niños y seis mujeres, a manos de la alianza sirio-rusa y en diferentes provincias del país”.

Como todos ustedes, escucho cada día cifras parecidas en los relatos apresurados de los telediarios. Pero las de ese 17 de diciembre se quedaron en mi cabeza. Me pregunté quiénes serían esos cuatro niños, qué edades tendrían y por qué no habrían huido del país como millones de sus compatriotas. Pensé en los amigos que preguntarían por ellos al día siguiente, en las maestras que ya no les felicitarán el fin de curso, en las profesiones que no ejercerán y en las familias que no comenzarán.

Sobre todo, pensé en sus padres, si es que ellos mismos sobrevivieron a los ataques. Pensé en todo lo que habrían hecho para poner a sus hijos a su salvo, en los intentos por abandonar el país, en el modo en que ese 17 de diciembre marcará sus vidas a fuego.

La muerte de un hijo es una pesadilla que ahuyentamos aferrándonos a la estadística. Pero en Siria las estadísticas son otras. Me lo ha recordado de manera contundente un libro de David del Campo escrito, como señala su prologuista, “con ojos de padre”. El autor –un experimentado profesional de la cooperación internacional que hoy dirige los programas de Save the Children España- ha construido con Infancia sin patria en una guerra mundial (Ed. Libros.com) una bitácora de la guerra siria que permite al lector entender el origen y desarrollo del conflicto sin separarse ni un segundo del lado de sus víctimas.

Para quienes vivimos en España, el libro tiene el aliciente añadido de ir enhebrando el conflicto sirio en los acontecimientos de nuestro país a lo largo de estos últimos cinco años. Las protestas contra Bashar al-Asad, la conformación de coaliciones, la descripción de los frentes, el desplazamiento forzoso de millones de refugiados o las dificultades de las agencias humanitarias para aliviar el sufrimiento de la población: cada uno de estos sucesos históricos fue recibido y contestado por una España marcada por la crisis económica, la convulsión política y el conflicto territorial. Pero es fundamental entender que estas mismas variables han contribuido a definir la respuesta de nuestro país al conflicto sirio, porque han determinado la marginación de las políticas de cooperación, han permitido al gobierno ignorar sus obligaciones internacionales de protección y han ensimismado peligrosamente a la sociedad española.

Tengo curiosidad por saber cuánto de este libro es un ejercicio de introspección; un esfuerzo del autor por ordenar sus propias ideas y extraer lecciones profesionales y personales de unos años intensos por muchas razones. Pero todos deberíamos estar agradecidos de que haya decidido buscar financiación para publicarlo y ponerlo a nuestra disposición. Infancia sin patria en una guerra mundial es un relato informado, inspirado, cabreado y empático –como solo un padre puede hacerlo- que, sin duda, merece ser leído. Feliz Navidad.