Divas y gordas
La última ha sido Madonna, pero prácticamente todas las grandes estrellas han sufrido el escarnio en las redes por haber subido de peso o simplemente parecerlo
“Creo que estoy muy guapa de rosa”, proclamaba feliz Madonna en su cuenta de Instagram luciendo un vestido de Jeremy Scott para Moschino que iba a llevar al programa de la televisión estadounidense Live With Kelly and Ryan. Era su primera aparición pública en mucho tiempo, y experta como pocas en saber cómo funcionan estas cosas, la Ciccone dio el titular ella misma: “Soy una mamá gorda de futbolista”. Kelly, la presentadora, le gritó que no, pero la reina del pop anticipó lo que se le venía encima en las redes sociales. La noticia no era el anuncio de que su retiro voluntario en Lisboa para que su hijo David juegue al fútbol tiene los días contados, ni que tenga intención de salir de gira en 2018. Lo más comentado iba a ser su silueta, con aparentemente algunos kilos de más.
Lo llamativo es que el titular en Twitter fue lanzado por un portal para el público LGTBi, colectivo del que Madonna ha sido icono durante más de tres décadas. El tuit de DataLounge anunciaba que Madonna se ha puesto gorda, y después preguntaba a sus seguidores si no hay gimnasios en Portugal. Los comentarios en su mayoría siguieron en esa línea, la del llamado body shaming (avergonzar por el físico), aunque algunos salieron en defensa de la estrella opinando que sigue teniendo un gran estado de forma a sus 59 años. Madonna se une a la larga lista de colegas que, pese a tener unas carreras espectaculares, han tenido que tragar con toda la crueldad que cabe en las redes por el hecho ganar algo de peso en un momento determinado. Además de sus detractores, sus propias legiones de fans no les dan un respiro, e inmediatamente les recuerdan que no se les va a permitir ser divas y gordas al mismo tiempo.
La reacción de Madonna ha sido poner la venda antes de la herida. Sin llegar a tanto, otras también reaccionaron con contundencia y valentía. Rihanna empezó a sufrir las críticas por haber subido de peso este verano, y al principio respondió con emoticonos de carcajadas y preguntando: “¿Alguien me ha llamado gorda?” Tres meses después, la cantante de Barbados se sinceró sobre el tema en una entrevista, confesando que ella misma se da cuenta de si engorda o no, y afirmando orgullosa que “es un placer tener un físico fluctuante, y eso significa que un día puedo llevar ropa ceñida y al día siguiente algo más oversize”. Los comentarios han cesado, pero Rihanna ha tenido que dar explicaciones para ponerles fin.
Beyoncé tuvo su propio hashtag, Fattyoncé, una burla que no tuvo en cuenta su embarazo para criticarla por engordar. A la diva de Houston poco le importaron los comentarios, y volvió a reivindicar su maternidad posando apenas sin ropa. Otra víctima de estos jueces de la perfección física o body shamers fue Lady Gaga. Decidieron amargarle la que a priori había sido una actuación triunfal de la Germanotta en la final de la Super Bowl. En la parte final del show, Lady Gaga se quitaba el body de lentejuelas y dejaba al aire su vientre. Llegaron los comentarios más duros. “Menuda barriga cervecera” o “Gaga, cuidado que se te salen las lorzas”, fueron algunos de los mensajes que recibió. Ella respondió con un mensaje muy tajante: “He escuchado que mi físico ha sido tema de conversación, así que me gustaría deciros que estoy orgullosa de mi cuerpo y deberíais estarlo del vuestro”, sentenció.
Otros casos no han sido tan anecdóticos e inofensivos. Según un medio de comunicación de Estados Unidos Mariah Carey se ha sometido recientemente a una cirugía para reducir su estómago y perder peso porque “no podía soportar más las críticas”. Hasta llegar a operarse, Carey daba síntomas de que el tema le afectaba y mucho, ya que solía retocar en exceso sus fotos en Instagram. Lejos de calmar a sus haters, el uso del photoshop multiplicó las burlas sobre ella, hasta que Mariah habría decidido pasar por el quirófano para ponerles fin. De ser cierto, su caso sería la prueba de que determinados comentarios pueden acercarse al bullying por muy públicos que sean los personajes a quienes se dirigen, y que a veces, por muy gruesa que tengan la piel estas estrellas, siguen siendo humanas y sufren sus consecuencias.
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