Tecnología para un nuevo concepto de calidad de vida
Silvia Leal, asesora de la Comisión Europea en competencias digitales, analiza en 'No te vas a morir' cómo las ramas punteras de la innovación van a mejorar nuestro día a día
Los avances tecnológicos que prometen cambiar el mundo en los próximos años —inteligencia artificial, robótica, Internet de las cosas, impresión 3D o nanotecnología— son vistos con frecuencia con cierto recelo por buena parte de la población. Se advierte del desempleo que pueden generar, de una posible alienación social, de aumento de la desigualdad o de sus efectos en el planeta. Pero no todo el mundo lo ve así. Silvia Leal, doctora en Sociología y experta en transformación digital, sostiene que "lo más importante de la tecnología que viene es el impacto positivo que tendrá sobre la esperanza y la calidad de vida de las personas". Leal es autora de No te vas a morir (Círculo Rojo Editorial), título bajo el que traza la trayectoria de estos avances: de dónde vienen, en qué estado están y adónde deberían ir. "Sobre todo van a mejorar el día a día de quienes sufren trastornos, enfermedades o discapacidades que ponen sus vidas en riesgo y provocan situaciones de desigualdad".
En el centro del planteamiento del libro subyace una visión positiva pero no ingenua del futuro que se fundamenta en dos tesis: esto ya ha pasado antes y el mundo ha sabido cambiar a mejor. "Si nos fijamos en tasas como la mortalidad infantil o en la duración de las jornadas laborales y vemos su evolución en el último siglo, el cambio es tan grande que nos parece un milagro. Hoy vemos imposible imprimir un órgano. O que nuestra jornada se reduzca a cuatro horas diarias, pero gente tan importante como Jack Ma [fundador del gigante chino del comercio electrónico Alibaba] está convencida de que este ajuste se producirá en los próximos años", expone Leal, que coloca el extenso repertorio de avances en el ámbito sanitario como el principal ejemplo de la mejora en la calidad de vida: "Las empresas no solo están investigando en tratar de hacernos inmortales. El grueso de las inversiones, aunque no aparezcan tanto en los medios, van destinadas a resolver problemas que a mi parecer son más importantes: el alzheimer, la diabetes, las discapacidades motoras, el párkinson... A las compañías, además, les resulta más rentable centrarse en esto que en alargar nuestra vida. Hay muchas personas con estos problemas y es ventajoso hacer algo que funcione para ellos".
Parte de nosotros habita ya en el móvil, lo que de alguna manera nos convierte en cíborgs
Los avances que despiertan la esperanza de Leal, asesora de la Comisión Europea en competencias digitales, van desde los exoesqueletos hasta el algoritmo desarrollado en la Universidad de Nottingham capaz de predecir el riesgo de sufrir un infarto mejor que los doctores. "Los exoesqueletos todavía son aparatosos, pero evolucionarán como ha sucedido con todo. No resuelven del todo los problemas de movilidad pero ya permiten caminar y levantarse en ocasiones concretas. Eso puede suponer que personas en silla de ruedas puedan ponerse de pie y mirar de frente a sus hijos el día de su boda. Pero no solo eso, también son útiles para movilizar la sangre y ejercitar los músculos, sirven como tratamiento", desarrolla la colaboradora de EL PAÍS, que incide en el impacto positivo que estas innovaciones pueden tener en el común de la población: "Estos avances terminan repercutiendo en todos nosotros. La impresión de órganos, por ejemplo, será tremendamente útil. También los avances en enfermedades crónicas. De desencadenar una dosis de insulina cuando sea necesaria podremos pasar a hacerlo con cualquier medicamento, y evitar así problemas de gestión o comodidad".
Leal dedica buena parte de su libro a analizar avances en el campo de la robótica, desde los modelos más afamados hasta los implantes que nos pueden convertir en cíborgs. “En cierto modo ya lo somos, todo depende de en qué estemos pensando. Un marcapasos es tecnología en nuestro cuerpo que resuelve un problema de forma artificial. Y de hecho, aunque nuestro móvil no está cosido a la piel, vive pegado a nosotros la mayoría del tiempo y nos permite organizar parte de nuestra memoria y mejorar nuestras capacidades. Parte de nosotros habita ya en el móvil, que de alguna manera nos convierte en cíborgs”. La experta destaca ejemplos de robots con capacidad de reacción y adaptación al entorno, incluso de reponerse ante daños, y señala hasta dónde hemos llegado en la fabricación de modelos más veloces que cualquier persona, con gran capacidad de carga o de enorme parecido a un ser humano. Citadas esas habilidades, Leal plantea diversas teorías e investigaciones que identifican las barreras de la robótica: el lado negativo de su similitud física con nosotros, su dificultad para realizar movimientos naturales y sencillos para un niño o los dilemas de su uso militar.
No te vas a morir abunda en el impacto que inteligencia artificial y robótica pueden tener en el empleo, pieza fundamental del concepto de calidad de vida. “La transformación de los oficios gracias a las innovaciones es algo que no ha dejado de producirse a lo largo de la historia”, constata la autora, que cita como ejemplo el cambio en las funciones de los técnicos de rádar: “Comenzaron como auténticas antenas humanas que solo se encargaban de girar los dispositivos de detección. Hoy son esenciales por su capacidad intelectual, aplican su inteligencia al proceso de escucha de una máquina para jerarquizar y determinar qué les está mostrando el radar en cada momento”. “Lo que se va a producir es una reasignación de tareas en la que solo existe riesgo si eres predecible. Los oficios mecánicos, tediosos o peligrosos los harán las máquinas, para que nosotros nos encarguemos de lo importante”. Leal asegura que la tecnología dará paso a un mundo con más tiempo libre en el que tendrá que reorganizarse el empleo humano: “Me siento optimista y creo que los avances vienen a hacernos la vida más fácil. Eso no puede ser malo. Si no hay tanto trabajo habrá que redefinir la jornada laboral o el concepto mismo de trabajo para que no nos afecte negativamente. Nos resistimos a creer que tendremos más tiempo libre porque no nos creemos las cosas buenas”.
La transformación de los oficios gracias a las innovaciones es algo que no ha dejado de producirse a lo largo de la historia
La autora también enumera acciones innovadoras en las que la tecnología está poniéndose como solución al cambio climático. “Se considera un riesgo pero también puede ayudar. Los edificios inteligentes pueden reducir en un 40% el gasto energético, en un 25% el consumo de agua y en un 30% la huella de carbono”. Recuerda que ya existen robots fabricados con materiales orgánicos, como Gordon, un dispositivo que funciona gracias a un cerebro compuesto por neuronas de rata. También que en el Instituto Italiano de Tecnología desarrollan materiales desechables para que los robots se puedan reciclar, o que en el Bristol Robotics Laboratory estudian la fabricación de máquinas que se puedan alimentar “con comida proporcionada por ellas mismas”. Puede parecer ciencia ficción, pero así es el progreso: “lo que hoy pensamos que sería un milagro mañana será pura ciencia”.
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