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CLAVES
Columna
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Gobernar a la intemperie

El SPD se la juega a reinventarse desde el poder. Pero gobernar se ha puesto muy caro en Europa

Sandra León

Según una vieja teoría, los partidos políticos combinan tres tipos de objetivos: ganar las elecciones, implementar políticas y tener cargos. Los tres objetivos pasan por el poder: por su ejercicio o por la legitimidad para ejercerlo. Sin embargo, en ocasiones los partidos también pueden considerar las ventajas de estar un tiempo en la oposición, bien sea por elección o necesidad.

Una formación puede elegir quedarse fuera del poder si piensa que desde esa posición mejorará su posterior envite electoral. Esa fue la expectativa de Podemos en 2016, cuando codiciaba el sorpasso al PSOE. Otras veces, se llega a la oposición por necesidad, cuando al partido le urge pasar por una ITV tras un largo tiempo en el poder o una debacle en las urnas. La situación actual del partido socialista alemán se ubica en este segundo escenario.

El SPD ha sufrido un progresivo declive electoral y necesita alejarse del poder para revisarse a fondo. Sin embargo, los socialistas se han impuesto la responsabilidad de resolver la gobernabilidad de su país negociando de nuevo una Gran Coalición con Angela Merkel. El dilema para el SPD es inevitable: si las negociaciones fracasan corre el riesgo de pagar el coste de la impopularidad que suscita la repetición de elecciones. Por otro lado, la alianza con la CDU/CSU puede volver a costarle votos y el descontento de los sectores más a la izquierda del partido. Para evitarlo, su líder ha prometido nada menos que vincular el acuerdo al impulso de a una Europa federal.

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Al renunciar a la oposición, el SPD se la juega a reinventarse desde el poder. Pero gobernar se ha puesto muy caro en Europa. La creciente fragmentación parlamentaria, el auge del populismo y la naturaleza de los retos pendientes, como la conciliación de las demandas de los ciudadanos con los límites al poder político impuestos por la globalización, somete a los partidos a mayores presiones internas y externas.

Se dice habitualmente que en la oposición hace mucho frío. Pero para un partido que carezca del liderazgo y la unidad que requiere gobernar en el escenario actual, el poder significa quedarse en la intemperie. @sandraleon_

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