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Tribuna
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Un Martini con Mariano

El presidente del gobierno declaró que su ilusión era conseguir una televisión pública con la credibilidad de la BBC. Al final se ha conseguido justamente lo contrario

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, participa en su primer acto de campaña electoral en Cataluña, en Lleida.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, participa en su primer acto de campaña electoral en Cataluña, en Lleida.Quique García (EFE)

La cita con Mariano era la las 12 en el Hotel Rías Bajas. En Pontevedra Mariano siempre ha sido Mariano. Ni ministro, ni vicepresidente, ni presidente, ni siquiera señor Rajoy. Para cualquier pontevedrés, aunque nunca le haya dirigido la palabra en la calle o coincidido con él el baile del casino, Mariano es Mariano.

Ya había sido presidente de la Diputación con apenas 28 años y vicepresidente de la Xunta con 32. Cuando esa mañana de octubre de 1989 entró con puntualidad de registrador subiendo aplomado las escaleras en curva del céntrico hotel de su ciudad, lo hacía como uno de los responsables de campaña del recién refundado PP. Era el debut de Aznar como candidato en unas elecciones generales. Años después le devolvería el favor.

Aquel otoño debutaba yo como meritorio en prácticas en Radiocadena Española y allí me fui con mi grabadora y mi micrófono con paravientos amarillo. “Vete a ver qué dice Mariano”, me dijo mi jefe. Habían convocado a toda la prensa a la hora del vermut para un acto informativo, una gira por España con parada ese día en Pontevedra para denunciar la manipulación informativa de TVE. Tras los saludos de rigor, colocaron un monitor de televisión y un reproductor de vídeo VHS en el centro de la sala. Mariano cogió el mando y con todos ya sentados en semicírculo le dio al play. Era un sumario de telediario. Después de la psicodélica cabecera de la época apareció Butragueño marcando un gol a Dinamarca en el mundial de México 86, la famosa goleada del 5-1 de octavos de final en Querétaro. En el rótulo que aparecía debajo se leía VOTA PSOE. En ese momento Mariano le dio a pause. No recuerdo ya las palabras textuales pero se las pueden imaginar.

Volvió a darle al play y salieron entonces unos planos de un cierre de campaña del PSOE y luego del último mitín de AP y del CDS. En este caso sus quejas versaban sobre el plano ofrecido por la realización y sobre todo por la iluminación, en la que el partido del Gobierno salía favorecido. Acabado el acto me llevé un titular de aliño (EL PP DENUNCIA LA MANIPULACIÓN DE TVE), un par de cortes para la radio... y también un par de vermuts que pagó el comité de campaña del Partido Popular.

Quizás haya tenido algo que ver aquella sesión de apostolado televisivo, vídeos y martinis en el Hotel Rías Bajas con el hecho de presentarme muchos años después al Consejo de Informativos de TVE, un órgano creado por la ley de la radio televisión pública de 2006 y elegido cada dos años por sus profesionales para velar porque se cumplan los objetivos que marca la propia ley; informar de forma objetiva, independiente, plural y veraz. Sin embargo, no fue hasta la pasada semana cuando un fogonazo me hizo recordar aquel mi primer encuentro con el actual presidente del Gobierno.

Lo tenía medio olvidado, en algún link de mi memoria líquida, como en modo pause, cuando de repente se activó la tecla del play tras comprobar que en el telediario se habían olvidado de informar de las declaraciones del policía responsable de la Unidad de Delitos Económicos y Financieros (UDEF) en la comisión parlamentaria que investiga la Caja B del Partido Popular. Este inspector hablaba de datos indiciarios que apuntaban al actual presidente del Gobierno como receptor en el pasado de dinero procedente de esa trama corrupta. No es difícil imaginar qué hubiese sucedido con esa información si afectase a alguno de los actuales líderes de la oposición.

Por eso quizás sea conveniente, ahora que el Congreso parece que por fin recupera el consenso de la ley de 2006 que permitió a RTVE disfrutar de sus mejores años (y que fue contrarreformada por el actual Gobierno con los resultados que casi todo el mundo conoce), elaborar un vídeo similar a aquel de la sesión vermut en el Hotel Rías Bajas, realizar una gira por España y llevarlo incluso a las Cortes Españolas. No se trataría de abrumar a sus señorías, sino dar una simple pincelada con algunos de los casos más llamativos: La censura de los audios del anterior ministro de Interior cuando maquinaba desde su cargo contra sus adversarios políticos, el silenciamiento sistemático de testimonios que perjudican a miembros del Ejecutivo o del Partido Popular y el detalle y amplificación con que se dan las que afectan a la oposición, la desmedida desproporción de tiempos y tertulianos en favor del gobierno en las tertulias, las purgas en la redacción,... Un larguísimo e interminable etcétera que pueden consultar en la página web del Consejo de Informativos.

Junto a ese vídeo se podría adjuntar la escalilla de la actual estructura de RTVE, y que causa sonrojo solo enumerarla. El presidente presume en sede parlementaria de ser poco menos que un hincha del PP, partido del que cobró, por cierto, dinero de oscura procedencia cuando ejercía de cronista parlamentario. Su segundo, el director de TVE, ocupaba anteriormente el puesto de jefe de comunicación de la entonces líder del PP en Cataluña, Alicia Sánchez-Camacho. Si practicamos el mismo análisis con los servicios informativos (la joya de la corona), descubriremos de igual modo una notable presencia de excargos del partido del Gobierno y de medios afines. En ningún país de Europa occidental se permitiría semejante situación en una televisión pública que pagan todos los ciudadanos.

Hace unos meses el presidente del Gobierno declaró en una entrevista que su ilusión era conseguir una televisión pública con la credibilidad de la BBC. Al final se ha conseguido justamente lo contrario, ser noticia en la BBC por la manipulación de los telediarios y de Informe Semanal.

Una de las normas obligadas de la democracia dice que es la alternancia en el poder. De ser esto cierto llegará algún día en el que el PP regrese a la oposición. Estoy seguro de que cuando eso suceda agradecerá el trabajo del Consejo de Informativos para conseguir que esos Telediarios ya no sean los del partido gobernante. Y entonces pagaré yo con sumo gusto una ronda de martinis.

Xabier Fortes es portavoz del Consejo de Informativos de TVE

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