_
_
_
_
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Derrota del ISIS en Irak

La victoria sobre el yihadismo de las fuerzas de Bagdad no siginifca el fin de la guerra al terror

Manifestantes pasean a hombres a policías iraquíes celebrando en Bagdad la victoria sobre el ISIS.
Manifestantes pasean a hombres a policías iraquíes celebrando en Bagdad la victoria sobre el ISIS.THAIER AL-SUDANI (REUTERS)

La proclamación oficial de la victoria sobre el Estado Islámico (ISIS) realizada por el primer ministro iraquí, Haider al Abadi, podría ir más allá de una declaración retórica. Refleja, si los hechos la confirman, el éxito de una fórmula de lucha contra la mayor amenaza que todavía se cierne sobre Oriente Próximo, norte de África y Europa Occidental.

Editoriales anteriores

No hace tanto tiempo, en 2014, el ISIS controlaba un tercio del territorio iraquí, casi otro tanto de Siria y estaba a pocos kilómetros de Bagdad en lo que parecía un avance imparable. Su eficaz maquinaria propagandística funcionaba a escala global merced al aura de invencibilidad de sus combatientes y las potencias regionales —y mundiales— parecían no saber qué estrategia seguir simplemente para contener la extensión del yihadismo.

Irak ha sido la demostración de que las diferentes fuerzas locales —en este caso el Ejército iraquí y las fuerzas kurdas— coordinadas contra un solo enemigo, debidamente adiestradas y apoyadas por países de todo el mundo —entre ellos España— con mayor poder militar han podido reconquistar el terreno perdido y poner fin a una situación que amenazaba con devolver a una estratégica región del planeta a la Edad Media.

Conviene no dejarse llevar por el triunfalismo, de todas formas, porque Irak es un paso adelante en un conflicto a gran escala que aún permanece abierto en tres frentes. El primero, en el propio Irak, donde su Ejército y población deben prepararse ahora para ataques indiscriminados de bolsas de yihadistas que todavía no hayan sido reducidos. El segundo está en las zonas de Oriente Próximo y África en las que el Estado Islámico y las organizaciones afines siguen campando a sus anchas. El tercero en el resto del mundo, donde el yihadismo sigue tratando de golpear como aparentemente sucedió ayer en Nueva York. La guerra, por desgracia, no ha terminado.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_