Deborah Feingold, el pop hecho carne
Las imágenes musicales de Deborah Feingold, recogidas en una muestra.
AL IGUAL QUE en el jazz, las notas que componen las imágenes de Deborah Feingold surgen, como ella misma reconoce, de una inspirada improvisación. No en vano la artista (Rhode Island, 1951) ha trabajado con músicos a lo largo de toda su carrera, una trayectoria de cuatro décadas en la que se ha granjeado el acceso a la faceta más íntima de los forjadores de la cultura pop, desde Madonna a Brian Eno o Sinead O’Connor. La madrileña Mondo Galería le dedica por primera vez en España una exposición individual. Con una veintena de trabajos, Musical Portraits presenta una selección de instantáneas que capturan la esencia de la modernidad más mediática.
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