_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Estilo

Javier Marías utiliza una sintaxis heterodoxa y chocante, parece imitar el balbuceo mental que somos dentro

Fernando Savater
Javier Marías, escritor, colaborador de El País Semanal y académico de Real Academia de la lengua.
Javier Marías, escritor, colaborador de El País Semanal y académico de Real Academia de la lengua. Carlos Rosillo

Hace bastantes años, cuando comenzaba a asentarse el éxito entre los lectores de las novelas de Javier Marías, recibí una malencarada misiva procedente de una secta de autonombrados justicieros literarios. Tenía ese sonsonete perdonavidas que logra sublevarme hasta en mis momentos más plácidos. Señalaba unas cuantas heterodoxias gramaticales y semánticas del estilo de Javier, que lo convertía según ellos en la última versión del abominable hombre de las letras y a mí en su cómplice no menos inmundo por haberle elogiado en varias ocasiones. Me conminaban a un acto de contrición perfecta y pública en nombre de la ética que, indigno de mí, mancillaba en mis clases. Como el ultimátum me hizo gracia y por entonces me preciaba de responder a cuantos me escribían (vicio del que afortunadamente me he curado), les contesté risueño que el achaque de incorrección estilística ha sido también frecuente entre pedantes contra Cervantes o Dostoievski. ¡Ah, blasfemia! A partir de entonces, en una hoja inquisitorial de un laborioso ingenio que ellos tomaban por desparpajo (La fiera literaria creo que la titulaban) dedicada a denigrar a Marías y a casi todos los escritores que no lo merecían, se regodeaban repitiendo que yo comparaba a Javier nada menos que con Dostoievski y Cervantes... Meo culpa.

He recordado a esa torpe jauría mientras disfrutaba con la admirable Berta Isla. En efecto, el estilo de Marías tiene una sintaxis heterodoxa y chocante, parece imitar el balbuceo mental que somos dentro. Como si reprodujese el tapiz del lenguaje por el revés, con sus nudos y groseros pespuntes. Pero así resalta más eficazmente el misterio y a la par la sencillez de la trama hasta la fascinación cómplice del lector. O lo pillas o no, como los buenos chistes: no se puede explicar.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_