‘Trini’, la charnega canina de Berta Marsé
Cuando la escritora y guionista Berta Marsé (Barcelona, 1969) lee en el sofá de su casa, en la capital catalana, su perra Trini se acurruca a su lado. “Es el único momento en que está tranquila”, dice. “El resto del tiempo parece hiperactiva”. Si la autora de libros como Fantasías animadas (Anagrama, 2009) quiere escribir, le pide a su hijo que saque de paseo a la mascota. “Es como su hermana pequeña”. El día que la adoptaron —hace siete años— descubrieron que era “medio charnega”. “Cría de una jack russell catalana y de un bodeguero andaluz”. Y la llamaron Trini.
Los animales siempre han estado presentes en la vida y obra literaria de Berta Marsé. Recibió el Premio Gabriel Aresti por su cuento La tortuga, de su libro de relatos En jaque (Anagrama, 2006). También aparecen mascotas en la novela que está escribiendo ahora, Las leyes del azar. Y el salón de su casa es un museo de figuras de perros y gatos. En la pared cuelga un retrato de su padre, el escritor Juan Marsé, posando con Trini. Se lo hicieron cuando recibió el Premio Cervantes (en 2008). Hace unos meses, Marsé llevó a su gato Nano a casa de sus padres. “En mi familia todos son grandes amantes de los animales. Nano tiene 12 años y la Trini lo tenía amargado, así que está mejor con ellos”. Pero los felinos son su debilidad y no descarta adoptar otro pronto. Ya cuando se independizó, a finales de los ochenta, acogió a su primera gata, Lolita. Y cuando murió se la tatuó en el omóplato. “Fue la mejor que he tenido nunca”, recuerda. Desde entonces, ha tenido otras seis mascotas. “No sé vivir sin una cerca”.
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