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La polémica del ‘tinder’ de los polígamos de Indonesia

Ayo Poligami ha generado controversia en un país en el que este modelo de familia está cada día más denostado por considerarse injusto para las mujeres

Ilustración de la página principal de Ayo Poligami.
Ilustración de la página principal de Ayo Poligami.
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Hace poco más de un año, el desarrollador Lindu Pranayama,de 35 años,  se encontró con una gran posibilidad de negocio. Se dio cuenta de que, entre las muchas aplicaciones móviles que hay en el mercado, no había ninguna disponible para polígamos. En abril del año pasado lanzó Ayo Poligami (traducido vagamente como “vamos a hacer poligamia”). Desde entonces, su aplicación ha recibido más de 56.000 descargas y ha generado polémica en un país en el que solo se permite un matrimonio múltiple a los hombres y donde las activistas feministas están consiguiendo erradicar un modelo de familia muchas veces injusto para las mujeres.

La poligamia, hoy en día, se practica en 50 países, incluido Indonesia, el país con más musulmanes del mundo, donde el 80% de los 250 millones de habitantes se adhiere al Islam. La ley define el matrimonio como la unión entre dos personas, pero un hombre puede casarse con hasta cuatro mujeres en algunas circunstancias. Los tribunales religiosos, por ejemplo, otorgan permiso a tener varias esposas si un hombre está casado con una mujer con discapacidad, padece de una enfermedad incurable o no puede tener hijos. Los hombres que desean casarse con otra mujer deben contar con el permiso de su primera esposa, y quienes trabajan para la administración pública, también el de sus supervisores. La poliandria (una mujer casada con más de un hombre) no está permitida en Indonesia

La interpretación de la poligamia en el Corán

La socióloga Rinaldo recuerda que un versículo del Corán permite a los hombres casarse con hasta cuatro esposas: la condición es que puedan brindar un apoyo total a todas ellas. Los musulmanes, no obstante, no necesariamente están de acuerdo con la interpretación de este versículo. "Mientras que algunos creen que a ellos se les permite tener varias esposas", explica Rinaldo, "otros sostienen que en realidad [el versículo] está destinado a desalentar la poligamia, ya que apoyar y ser justo con cuatro esposas es muy difícil". Según ella, otros dicen que solo se aplicó al profeta Mahoma.

Estas interpretaciones diferentes son la razón por la cual vemos mucha variación en las comunidades musulmanas cuando se trata de la poligamia. En algunos países como Túnez, la poligamia está prohibida. Otros han impuesto restricciones a estos matrimonios. En todo el mundo, la poligamia es más común en el África subsahariana, donde la practican tanto los musulmanes como los no musulmanes.

Como explica Rachel Rinaldo, socióloga cultural de la Universidad de Colorado Bouldier, la mayoría de los matrimonios entre musulmanes en Indonesia son monógamos y este tipo de restricciones “tienden a desalentar esta práctica”. Sin embargo, algunos hombres evaden estas barreras casándose en privado con solo un ulama (clérigo musulmán). Este matrimonio es ilegal para el Estado y "puede causar muchos problemas en el futuro", según explica la socióloga.

Conocer cuántas familias polígamas hay en Indonesia es una tarea difícil. Según lo que Rinaldo ha podido leer y estudiar, las tasas más altas de poligamia en Indonesia se encuentran en el este del país, entre personas que son cristianas o practican religiones animistas tradicionales. En las islas predominantemente musulmanas, Java y Sumatra, la práctica se limitaba a la aristocracia (y se casaban con más de cuatro esposas, por lo que su poligamia no seguía exactamente las reglas del Corán).

En los últimos años, esta práctica se ha publicitado, recuerda Rinaldo. En 2003, el conocido emprendedor javanés Puspo Wardoyo se casó con cuatro mujeres e instituyó un evento llamado Premios Poligamia en un hotel de la capital, Yakarta. El objetivo del evento era promover la transparencia de este modelo familiar y reconocer a los hombres que han optado por él. Las nuevas páginas web y aplicaciones también han contribuido a la mezcla.

Nur Rofiah, profesora del Instituto de Estudios Coránicos, explica que "no hay ningún castigo ni procedimiento para los hombres que violan la ley, por lo que pueden hacerlo de manera abierta y segura". Por ejemplo, en 2014 un distrito de la isla de Lombok abrió la puerta a las "familias extendidas" mediante la aprobación de una ley que permite la poligamia después del pago de un millón de dólares.

Los activistas consultados señalan aspectos negativos más allá de la desigualdad entre el hombre y la mujer. Los matrimonios polígamos suelen ser inestables y el riesgo de abuso y violencia es mayor. Según Andreas Harsono, investigador de la organización Human Rights Watch, a los “matrimonios abusivos y las dificultades económicas”, hay que añadir también la posibilidad de que los niños queden traumatizados.

Harsono se declara a sí mismo una víctima. Su padre, que se casó con tres mujeres y tuvo 10 hijos, fue un hombre violento y en su casa sufrieron violencia doméstica. Sus hermanas gemelas, de 48 años, tienen esquizofrenia paranoide. En retrospectiva, Harsono cree que su enfermedad mental probablemente está relacionada con el trauma que experimentaron cuando eran niños.

La ley indonesia define el matrimonio como la unión entre dos personas, pero un hombre puede casarse con hasta cuatro mujeres en algunas circunstancias

Ayo Poligami es una aplicación con muchas similitudes con Tinder, donde los usuarios deslizan imágenes hacia la izquierda o la derecha para indicar rechazo o atracción. Desde octubre, los usuarios deben proporcionar una tarjeta de identificación válida, su estado civil y una carta de permiso de su primera esposa. Pueden verificar perfiles o características físicas, pero no es obligatorio proporcionar imágenes. Como explica Pranayama, los usuarios pueden chatear, pero sus mensajes "deben contener una propuesta para hacer taaruf (un término que significa conocer, comprender y construir relaciones)". Si ambos usuarios aceptan hacer taaruf, se les invita a un grupo de Telegram donde el propio Pranayama actúa como casamentera, ayudando a la mujer a hacerle preguntas al hombre sobre la dote, el trabajo y el salario.

La visión de la poligamia de Pranayama, el diseñador de la aplicación, es más optimista. Pranayama conoció a su esposa a través de esta, lo que le inspiró a seguir adelante con su rediseño y desarrollo. Su objetivo era crear una herramienta para polígamos que buscaban “relaciones serias”, pero a medida que aumentaba la popularidad, también lo hacía la cantidad de cuentas falsas y usuarios que la utilizaban para tener relaciones sexuales ocasionales.

En 2015 ya existía una comunidad en la red que comenzó con un grupo de Whatsapp. Conocida como Forum Keluarga Sakinah (Familia polígama Sakinah), es un lugar de intercambio social que tiene como objetivo revisar la ley del matrimonio porque sus regulaciones complican la práctica de la poligamia. La página principal de la nueva versión de Ayo Poligami muestra la ilustración de un hombre con barba en medio de cuatro mujeres vestidas con hiyabs (un velo que cubre la cabeza y el pecho que suelen usar las mujeres musulmanas como forma de atuendo modesto). Una de ellas sostiene a un bebé en brazos; otros dos niños, un niño y una niña que están frente a los adultos.

Los matrimonios polígamos suelen ser inestables y el riesgo de abuso y violencia es mayor

Ayo Poligami actualmente solo está disponible en lengua bahasa, pero Pranayama ya ha compartido su aspiración de ofrecer la aplicación en varios idiomas. Hasta la fecha, ya cuenta con descargas en otros países vecinos como Malasia o Singapur.

A pesar de la atención de los medios, la socióloga Rinaldo duda de que la poligamia esté realmente en aumento. "No es económicamente viable para la mayoría de la gente y muchas mujeres no lo aceptan", asevera. En su opinión, las personas tienden a verlo como "una reliquia" de otros tiempos y no como algo que tenga sentido en el mundo moderno. En los últimos años, explica, los políticos polígamos que han sido "descubiertos" por los activistas de los derechos de las mujeres han visto cómo sus campañas políticas se hunden. Esto es una buena indicación de lo que los indonesios realmente piensan sobre esta práctica.

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