Los secretos de la historia de amor de JLo y Alex Rodríguez
De orígenes latinos, triunfadores, con fracasos sentimentales y personales que les han hecho tener que enfrentarse a sus propios miedos y muy parecidos en sus valores, así se ve la pareja de moda
Jennifer Lopez y Alex Rodríguez representan el ascenso social y el poder latino de ese sueño que persiguen en Estados Unidos tantos compatriotas de origen hispanoamericano. Los dos se han convertido en la nueva pareja de portada de la revista Vanity Fair USA del mes de diciembre, y en la larga entrevista que acompaña el reportaje fotográfico realizado por Mario Testino hablan de cómo empezó su relación y de su actitud ante la vida.
JLo, de 48 años, cuenta que se encontró con Alex Rodríguez, de 42, en Beverly Hills mientras ella almorzaba tras realizar una promoción de la serie Shades of Blue, en la que interpreta a la policía Harlee Santos. La cantante iba caracterizada como su personaje, con botas, traje, pelo rizado… y así ella se acercó a saludarle. Pero fue el deportista quien tomó la iniciativa de llamarla horas después para quedar a cenar varias noches más tarde en un hotel de Bel Air. Ella pensó que era guapo y varonil y cree que Rodríguez esperaba a una persona ruidosa en la cita, pero Jennifer Lopez se limitó a escuchar y el exjugador de béisbol a charlar de cómo acababa de retirarse y “de un montón de cosas de las que normalmente no hablas en la primera cita”, cuenta Lopez en la revista.
Rodríguez dice que no tuvo claro si era una cita porque no conocía cuál era la situación sentimental de Lopez en ese momento. “Pensé que sería bueno para mí sentarme con una de las mujeres más inteligentes y grandes del mundo”, explica, “especialmente para un tipo como yo que estaba pasando por momentos difíciles y cuando me estaba rehabilitando a mí mismo”. Ella no tardó mucho en aclararle que estaba soltera y ahora él afirma que en ese momento tuvo que levantarse de la mesa "para volver a ajustar mis pensamientos". "Fui al baño y tuve el suficiente coraje de enviarle un mensaje: ‘Estás sexy". La pareja, que se presentó al mundo como tal en la última gala del Met en Nueva York en mayo, se ríe con el recuerdo y siguen desgranando en la entrevista curiosidades de su relación.
“Somos muy gemelos”, explica Rodríguez. “Los dos somos leo; ambos somos de Nueva York; somos latinos y muchas cosas más”. “Yo le entiendo y él me entiende de una manera como nadie más podría”, añade Lopez. “En la veintena él tuvo un gran éxito y le hicieron el mejor contrato de la historia del béisbol hasta ese momento”, dice Jennifer Lopez, “yo hice una película y un disco que fueron números uno. Ambos tuvimos altibajos y desafíos a nuestros 30 años y para los 40 habíamos experimentado mucho y, lo que es más importante, habíamos trabajado mucho en nosotros mismos”, sigue relatando la artista sus similitudes.
Y sí, ambos han vivido una trayectoria que se podría analizar con paralelismos. Jennifer Lopez se convirtió en actriz y cantante de éxito y también en icono de moda cuando firmó un millonario contrato con Louis Vuitton en 2003, en una época en la que no era usual que las firmas contaran con famosos para su imagen. Pero también llegaron algunos fracasos: tres matrimonios fallidos (el último con el cantante Marc Anthony, padre de sus mellizos) y una película fallida junto a Ben Affleck, Gigli, con quien mantenía una relación que estuvo a punto de acabar en boda y que afirma “se autodestruyó frente al mundo entero”. Y confiesa que también ha tenido que aprender a enfrentarse a uno de sus peores temores: estar sola.
Alex Rodríguez también ha sabido lo que era estar en la cumbre y tener que enfrentarse a un año de sanción sin poder jugar al béisbol, su profesión y pasión, después de ser acusado de dopaje. Y también vio fracasar su matrimonio con Cynthia Scurtis, madre de sus dos hijas, Natasha y Ella. Los dos provienen de orígenes humildes y en ambos casos el éxito no les hizo sentirse seguros sino tener el impulso casi desesperado de conseguir aún más. Los dos han tenido que remontar y aprender a conocerse a sí mismos.
Ambos son también ejemplo de cómo sus respectivas carreras profesionales han servido de lanzadera a sus respectivos imperios empresariales. Lopez lanzó en 2002 el perfume Glow de JLo y en la actualidad tiene una variada cartera de intereses comerciales, que van desde su propia productora, una línea de zapatos y propiedades inmobiliarias. Alex Rodríguez es otro caso de deportista curioso, interesado en crecer y encontrar cómo invertir sus cuantiosos ingresos. “No tengo una formación al uso”, afirma, “he aprendido a través de la lectura y de recopilar información de mis mentores. Nunca he tenido miedo de decir: ‘No sé. ¿Puedes explicarme eso?”.
Y así el exdeportista se ha asociado de una manera u otra con fondos de inversión como el de Marc Larsy, Warren Buffet o Mary Callahan Erdoes de J.P. Morgan Asset & Wealth Management. Con distintas palabras, todos destacan su curiosidad innata respecto a los negocios y su inteligencia. Warren Buffet ha llegado a decir de él que “si nunca hubiera visto una pelota de béisbol lo habría hecho muy bien en los negocios”. Rodríguez recuerda que el empresario le dio dos consejos: “Sé el mejor jugador de béisbol que puedas y sé el mejor chico que puedas ser”.
Sin duda, en este momento, lo es para Jennifer Lopez, que se atreve a decir de él: “Pensé que era diferente. Muchas personas que he conocido en mi vida no aprecian lo que hacen y lo increíble que es… no hablo de lo grande que es una casa, sino del momento de sentarte con alguien a quien quieres, con una familia, con niños sanos”. Una pareja de guapos, hispanos y triunfadores que suponen un ejemplo de triunfo y ascenso social para los más de 55 millones de habitantes de origen latino que viven en Estados Unidos.
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