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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Abusos en el cine

La iniciativa de un grupo de cineastas españolas que piden crear un foro para analizar si hay abusos merece ser apoyada

El director James Toback, acusado de acoso sexual.
El director James Toback, acusado de acoso sexual.ALESSANDRO BIANCHI (REUTERS)

El escándalo que ha sacudido el mundo del cine después de que decenas de actrices hayan hecho público que sufrieron acoso por parte del poderoso productor Harvey Winstein ha destapado una realidad que, aunque se haya desarrollado bajo el glamour de Hollywood, no deja de ser tan sórdida como en cualquier otra parte. El acoso sexual se ha producido en el contexto de un abuso de poder y la tolerancia culpable del entorno, que conocía esos excesos y nunca se solidarizó con las víctimas. A este respecto, hay que saludar que al menos el director Quentin Tarantino haya entonado algo parecido a un mea culpa al reconocer que sabía lo suficiente como para hacer más de lo que hizo.

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Como en el caso de los abusos a menores en la Iglesia católica, la existencia de estructuras rígidas de poder vertical da a los abusadores las condiciones idóneas para poder persistir en su conducta. En el caso del cine, esas estructuras no son tan cerradas como las de la Iglesia, pero son igualmente fuertes porque están mediadas por intereses económicos. Algunas de las mujeres denunciantes pagaron con la exclusión en nuevos repartos su rechazo a tener relaciones con el productor.

El escándalo ha llevado a muchas otras actrices a revelar situaciones parecidas. Otras 38 mujeres, por ejemplo, han revelado haber sido víctimas de abuso por parte del director de cine estadounidense James Toback, lo que indica que los casos conocidos pueden ser solo la punta del iceberg. Por eso, un grupo de cineastas españolas reunidas en Valladolid con motivo de la Seminici han pedido la creación de un foro para abordar esta cuestión. Las estructuras profesionales, como la Academia de Cine, deben darles el apoyo y los medios necesarios para afrontar esta delicada misión. Solo si se crea un clima de rechazo generalizado a este tipo de prácticas, las mujeres que trabajan en el cine podrán afrontar un acoso que muy a menudo procede de personas con poder de decisión.

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