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Adrián Lastra: “Si un día tengo una niña y le hacen una foto, les corto la cabeza”

El actor, que está en todos los lados (‘Velvet’, ‘Billy Elliot’ o ‘Toc toc’), denuncia el acoso que sufren algunos compañeros

Aitor Marín
Adrián Lastra posa para ICON vestido con cazadora ‘bomber’, camisa y pantalón de esmoquin, todo Dsquared2.
Adrián Lastra posa para ICON vestido con cazadora ‘bomber’, camisa y pantalón de esmoquin, todo Dsquared2.Gianfranco Tripodo/Antonio Gabardino

Es simpático y espontáneo, tan transparente que enseguida reconoce qué cosas le sacan de quicio. Son sobre todo dos. La primera, que le rayen su coche nuevo. Le pasó en abril, y Adrián Lastra (Madrid, 1984) acabó colgando un vídeo en su cuenta de Instagram advirtiendo de los riesgos de este tipo de actos: “Es que me enfadé mucho. Lo tenía aparcado justo enfrente de mi casa y era la segunda vez que me lo rayaban en 15 días. El vídeo lo tuve que grabar tres veces porque los dos primeros era imposible subirlos. No tengo filtros y cuando me pasa algo lo digo, sea bonito o una barbaridad. Pero siendo como soy una figura pública, no te puedes cagar en todo lo que te tienes que cagar, y lo tuve que rebajar”.

La otra cosa que le cabrea es el acoso que por parte de los paparazzi sufre la hija de una de sus compañeras de reparto en Velvet Colección, serie que ahora estrena por todo lo alto Movistar +. “Hace poco iba con la niña y le estaban preguntando cosas que yo creo que no merece escuchar. Es algo en lo que no me quiero meter, porque no es mi vida, pero si un día tengo una niña y le hacen una foto, les corto la cabeza”. Se supone que habla de Paula Echevarría, auque Lastra no quiere dar nombres.

Mejor pasamos a las cosas que le ponen de buen humor. Además de la ya mencionada Velvet Colección, el actor estrenó el 5 de octubre el musical Billy Elliot en el madrileño Teatro Alcalá. Toda una superproducción que ya ha triunfado en Broadway y Londres, y en la que hay seis niños que se turnan en el papel protagonista. Un poco locura, ¿no? “Qué va, es algo maravilloso. Es como un juego, cada uno reacciona de una manera diferente y eso es lo que mola. El teatro tiene que ser vivo, y aquí cada día es distinto, porque tú no vas a estar en las mismas condiciones que ayer ni el niño es el mismo. Tampoco el público o las reacciones son las mismas. Lo complicado es para los chavales, que solo hacen dos funciones a la semana y tienen una gran responsabilidad”.

"No tengo filtros y cuando me pasa algo lo digo, sea bonito o una barbaridad. Pero siendo una figura pública, no te puedes cagar en todo lo que te tienes que cagar”

Tras Hoy no me puedo levantar, 40: El musical y Más de cien mentiras, el vallecano, que reconoce que la primera llamada del mundo artístico le llegó viendo Operación triunfo en televisión, se está convirtiendo en todo un especialista. “Yo había decidido ser cantante, pero cuando vi el musical We will rock you, dije: ‘Hostia, yo quiero hacer esto, cantar, bailar e interpretar a la vez’. No fui a ninguna escuela, me fui formando cuando entré en Hoy no me puedo levantar. A la hora de bailar he tomado clases, sobre todo de moderno y jazz en Nueva York, pero en general me he ido formando sobre la marcha”.

El actor madrileño, con traje de chaqueta con americana cruzada, camiseta y zapatos Oxford, todo Dsquared2.
El actor madrileño, con traje de chaqueta con americana cruzada, camiseta y zapatos Oxford, todo Dsquared2.Gianfranco Tripodo/Antonio Gabardino

Para un tipo que, cuando subía el telón en El discurso del rey, aparecía desnudo de espaldas, está claro que no hay reto que le asuste. “No me da miedo ni desnudarme ni cantar ni bailar. Todo eso me gusta, me pone. En El discurso del rey, para mí el desafío era que al pronunciar mi primera frase, tartamudeando, el público se reía. En aquella época yo estaba vinculado al gracioso de Velvet, al divertido, y cuando escuchaba una risa me entraban mil males. Tenía que conseguir que un minuto después se dijesen: ‘Yo por qué me estoy riendo de algo que no hay que reírse, que hay una persona ahí que lo está pasando fatal, que va a enfrentarse a su peor terror en la vida”.

La que sí es para reír es Toc toc, comedia dirigida por Vicente Villanueva y estrenada el 6 de octubre en la que se aborda con humor los trastornos obsesivos compulsivos. Paco León, Rossy de Palma y Alexandra Jiménez le acompañan en esta historia de pacientes que, ante la ausencia del doctor, improvisan su propia terapia. Sin querer ofender a nadie, a pesar de la piel tan fina que todos tenemos últimamente. “El otro día recibí un tuit en que me decían: ‘Basta ya, que la gente que tenemos esta enfermedad lo pasamos muy mal’. De verdad que lo siento muchísimo, pero no nos reímos de nadie. Yo diría a la gente que se calme, que esto es una película, que es mentira. No hay que llevar todo a un plano personal”.

Echando la cuenta resulta que, en 15 días, Lastra tiene estrenos en cine, teatro y televisión. “Y son tres cosas muy gordas”, reconoce. Así, cómo va a cabrearse este hombre.

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Sobre la firma

Aitor Marín
Es redactor de EL PAÍS. Antes ejerció cargos de diversa responsabilidad en Man, Interviú, Maxim y Quo, entre otras publicaciones. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra. Escribe a veces de cómics porque le hubiera gustado dibujar. Además, es autor de la novela Conspiración Vermú (Suma de Letras).

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