¿Cómo reparar un planeta degradado?
Madrid acoge el III Foro Internacional de Restauración Ecológica
Si hablamos de siglo XXI, hablamos de tecnología y de redes sociales pero también de cambio climático y degradación de ecosistemas. Aunque parezca que no existe un vínculo directo entre ese mundo conectado e hipertecnológico y el medio ambiente, lo cierto es que sí lo hay.
Nuestro modelo de desarrollo se caracteriza, cada vez más, por devorar los recursos naturales. La construcción de carreteras, la necesidad de obtener energía, viajar o simplemente darnos una ducha implica consumir el capital natural de la Tierra a una velocidad mucho mayor de la que lo produce. El balance es evidentemente negativo. Si a eso sumamos que cada vez somos más y, desgraciadamente, más descuidados, la cosa se complica.
La degradación de los ecosistemas se traduce en una escasez de recursos que en muchos lugares del planeta está generando migraciones masivas. Así, los problemas ambientales que parecen no estar en primera línea de fuego pasan a la esfera pública, porque se convierten en cuestiones políticas de relevancia internacional.
Este deterioro de los procesos ecológicos a escala planetaria vuelve como un bumerán y afecta a las empresas que ven peligrar sus cuentas de resultados. Algunas materias primas que son la base de la producción para algunos sectores (por ejemplo, el agua para la alimentación) empieza a escasear y eso se traduce en pérdidas, subidas de precios o reducción de la competitividad. O más directamente: una barrera de coral que desaparece y el turismo decae estrepitosamente en el Caribe. La economía tampoco parece estar a salvo.
El problema no es la información para resolver las cuestiones ambientales, sino la transferencia de ese conocimiento
Todos los agentes sociales, desde las empresas, pasando por los gobiernos o los ciudadanos de a pie, parecen estar afectados de una u otra manera por la destrucción de la naturaleza. Sin embargo, cuando se trata de plantear soluciones, unas voces y otras parecen enfrentarse. La necesidad de crear lugares de encuentro para resolver con enfoques comunes problemas complejos como los ambientales es urgente en el mundo global en que vivimos.
Los científicos llevan años generando conocimiento útil que puede ayudar a revertir los procesos de degradación y destrucción de los ecosistemas. La restauración ecológica es una ciencia joven, pero ha demostrado ser muy útil cuando se trata de devolver a la sociedad la calidad de vida o de adaptarnos al cambio climático. Sin embargo, las publicaciones científicas son en muchos casos inaccesibles, del mismo modo que lo son las experiencias que atesoran tanto entidades públicas como privadas y que, en el mejor de los casos, permanece en algún cajón en forma de literatura gris.
Nos gusta generar conocimiento y escribirlo, pero este modo de transmisión de la información ha demostrado no ser muy eficiente en el ámbito científico. El problema no es la información disponible para resolver las cuestiones ambientales que nos afectan a todos. La barrera principal es la de la transferencia de ese conocimiento, los unos a los otros. Por tanto, se hace necesario que existan espacios de intercambio neutral, real, donde poder inspirarse, compartir y resolver los problemas entre todos.
Unos jóvenes científicos españoles han decidido apostar por buscar las conexiones entre la ciencia (en el campo de la restauración de ecosistemas) y la sociedad. Creando Redes, así se llama la iniciativa, quiere funcionar como un canal que haga llegar el conocimiento a aquellos que deben ponerlo en práctica.
A través de la colaboración con científicos y profesionales freelance de disciplinas relacionadas con la ecología, el medio ambiente, la comunicación, el urbanismo o la movilidad, dan respuesta a las necesidades de empresas y administraciones públicas en cuestión de degradación de ecosistemas y pérdida de capital natural, ya sea en espacios naturales o en la ciudad.
La pieza clave del trabajo de esta organización es precisamente el Foro Internacional de Restauración Ecológica, que sus socios han creado como un lugar de encuentro físico donde poder poner las preguntas sobre la mesa y buscar conjuntamente las respuestas. El encuentro se celebrará en Madrid en las próximas semanas. Pues sí, señores, un planeta degradado se restaura entre todos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.