Así ha conseguido Anthony Bourdain (61 años) los abdominales de los que todos hablan

Anthony Bourdain (Nueva York, 1956) y Asia Argento (roma, 1975) son una de las parejas más interesantes que ha dejado el verano de 2017. Ella, Argento, es actriz, cantante, modelo y directora y ha mantenido una relación un tanto explosiva con su padre, Dario Argento, uno de los directores de cine de terror más influyentes del siglo XX. Él, Bourdain, es uno de los chefs más importantes del mundo, estrella televisiva gracias a sus programas de cocina y chico malo de libro que (según contó él mismo en su autobiografía Kitchen Confidential) vivió una juventud marcada por las sustancias ilegales y todavía trae de cabeza a los programadores televisivos por los tacos que suelta por minuto mientras experimenta con platos exóticos.

Parece una relación hecha en el cielo. "Los dos somos criaturas de circo", confesó él recientemente a la revista People. Pero en las últimas horas la atención a los besos de la pareja en todas las alfombras rojas que frecuentan se ha desviado a un punto de la anatomía de Bourdain: los abdominales que luce a sus 61 años y tras una vida de excesos (también culinarios: es conocido por no negarse a probar nada, aunque sean testículos de oveja).

Anthony Bourdain y Asia Argento fotografiados durante la celebración de cumpleaños de ella.

La pareja fue fotografiada mientras celebraba el 42 cumpleaños de Asia Argento en su Italia natal. Y si bien los dos lucen una anatomía envidiable con profusión de tatuajes, todos los medios se han fijado (una refrescante novedad) en él en lugar de en ella. El pasado año, Bourdain concedió una entrevista a la publicación de estilo Nuvo en la que hablaba de su pasión por el Jiu-Jitsu brasileño, al que fue introducido por su exesposa Ottavia.

"Cuando estoy en Nueva York entreno durante dos horas en el Renzo Gracie [gimnasio neoyorquino centrado en esta práctica]. Básicamente, es como El club de la lucha", afirmó en la entrevista. ¿Pero en qué consiste el Jiu-Jitsu? Según Fermín Parra, presidente de la Federación Catalana de Yudo y director de Deportes Asociados y veterano profesor de jiu-jitsu en Barcelona, es "la primera disciplina de los samuráis: una especie de plato combinado del que luego salieron el yudo, el kárate y el resto de técnicas". 

Parra ensalza las ventajas de esta práctica: "Se acerca mucho a la mejor defensa personal que hay hoy en día. ¡Yo tengo 70 años y no te creerías mi aspecto si me ves! Y en mis clases tengo desde niños de 3 años a adultos de 76". ¿Y en qué consiste su variante brasileña, la que practica Bourdain? "El brasileño tiene como virtud que solo trabaja en una parte: el suelo (el Jiu-Jitsu original también se trabaja a pie y cuerpo a cuerpo). La ventaja para los que tenemos cierta edad es que el riesgo es menor, porque en el cuerpo a cuerpo podemos caernos o recibir un golpe a mayor velocidad de un participante más joven". Por si aún no estás convencido, Parra apunta algo muy tentador: "Está demostrado que un trabajo de suelo de aproximadamente 10 o 12 minutos es equiparable al esfuerzo que uno haría durante un partido de fútbol de hora y media. Es mucho desgaste físico, pero sobre el suelo, así que trabajas sin riesgos y con mucha mentalidad técnica". 

Bourdain no es la primera figura pública que llama la atención por su excelente forma física a partir de los cincuenta o sesenta años. Anteriormente ya lo hicieron Bruce Springsteen o el expresidente José María Aznar. Además, obviamente, de estrellas de acción que no han perdido la forma al cumplir años, como Arnold Schwarzenegger, Chuck Norris o Sylvester Stallone. Pero hoy es el día de Bourdain y el Jiu-Jitsu brasileño. Del resto ya hablaremos.