_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Momento para Europa

La tarea pendiente es avanzar hacia una figura, que muchos llaman Ministro del euro (o de Hacienda, o de Economía y Hacienda del euro), pareja a Míster PESC

Xavier Vidal-Folch
Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea
Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión EuropeaFRANCE PRESS

 Después de Alemania, turno para Europa, con permiso de Italia.

El momentum para avanzar en la senda federal es obvio: populismos en retroceso (pero no desaparecidos); economía en su cuarto año de recuperación (pero con demasiados abandonados en la cuneta por las secuelas sociales de la Gran Recesión); las encuestas de opinión pública, favorables a la UE como no lo eran desde hace años.

El gran proyecto ahora es completar la unión económica y monetaria. Como dijo el viernes en el Círculo de Economía Eulàlia Rubio, del Instituto Delors, se trata de volver a la convergencia económica y social, para “recuperar la ilusión por el euro”.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

El cogollo de la tarea pendiente es avanzar hacia una figura, que muchos llaman ministro del euro (o de Hacienda, o de Economía y Hacienda del euro), pareja a míster PESC (señor, o señora, de la política exterior) muy poderoso.

Que tendría un triple mando derivado de calzarse tres sombreros: la vicepresidencia de la Comisión (planificación, supervisión, iniciativa); la presidencia del Eurogrupo (el pastoreo de los ministros ecofines y su poder de veto); la cabeza del Fondo Monetario Europeo (FME), que compensaría con potencia la próxima crisis y su diferente impacto, entre los países inarrugables y los vulnerables.

Este FME será clave. Su diseño se ha iniciado con sonoro debate, entre Francia y Alemania; entre intergubernamentalistas (Berlín) y comunitaristas (Bruselas); entre ambiciosos y minimalistas; entre quienes quieren un FMI europeo, los que desean un fondo de fonditos para distintas tareas y quienes aspiran a un Tesoro.

Será probablemente la evolución del —ya bastante dotado—Mecanismo de Estabilidad. Y dará al ministro media “bomba atómica”, en definición de Enrico Letta, el ex primer ministro italiano que ahora preside la Delors y acaba de escribir el sugestivo Hacer Europa y no la guerra (Península). La primera mitad es el dinero del FME, para la solidaridad; la segunda, el control de los presupuestos nacionales, para asegurar la responsabilidad.

¿Y el control democrático sobre ese nuevo poder? Imprescindible. Para evitar, en frase del profesor Antoni Castells (fundador de EuropeG), “que manden aquellos a quienes no hemos elegido; y que quienes no hemos elegido nos manden”. Amén.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_