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El fútbol es el opio del voto en Portugal

El Gobierno prohibirá la Liga en días de elecciones para animar a la participación

El centrocampista del Sporting Adrien Silva de Portugal  compite con Diogo Jota de FC Porto Diogo Jota de Portugal (Foto de Carlos Rodrigues.
El centrocampista del Sporting Adrien Silva de Portugal compite con Diogo Jota de FC Porto Diogo Jota de Portugal (Foto de Carlos Rodrigues.© GETTY IMAGES

El 1 de octubre los portugueses han sido llamados a las urnas para elegir alcaldes. El mismo día se jugarán cuatro partidos de fútbol, entre ellos el clásico Sporting de Lisboa-Oporto, aunque la Comisión Nacional de Elecciones ha recomendado que no se celebran partidos en tal fecha. El Gobierno parece que también se lo ha tomado mal y ha anunciado una ley para, en el futuro, prohibir el fútbol profesional en fechas electorales.

Al parecer, la jornada de reflexión de los sábados solo sirve para que los portugueses decidan ir a cualquier sitio menos a las urnas; de media, la abstención suele rondar el 50% del censo. Ante tal problema, el Gobierno socialista ha decidido señalar al culpable: el fútbol.

El anuncio no ha contentado ni a los suyos. Para el presidente del Partido Socialista, la ley no arreglará nada. El resto de los partidos no han sido tan suaves. El PSD considera la idea “un insulto a los portugueses”; el CSD pregunta si también se prohibirá ir a la playa; PC y Bloco consideran que, igual, el problema es de los políticos que prometen y no cumplen, que dicen y no hacen; y la Liga de Fútbol Profesional advierte que los equipos con presencia europea necesitan tres días de descanso y que, por tanto, no pueden jugar los sábados, ni los lunes, pues se concentran con la selección; y ¡ay!, la Constitución también tiene algo que decir. Para algunos expertos en derecho, la prohibición sería inconstitucional al chocar con la libertad de los clubes para elegir los horarios de sus partidos.

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Dada la preocupación del Gobierno, parecería que el portugués se pasa el domingo encerrado en un campo de fútbol; pero nada más lejos de la realidad; con la excepción de Sporting, Benfica y Oporto, los estadios están semivacíos, incluso las iglesias tienen más parroquianos, lo que podría dar lugar a su prohibición también.

Pese al aluvión de críticas, el Gobierno no se ha apeado de la idea de que elecciones y fútbol son una mala combinación. Sí se ha confirmado que, de momento, la climatología en días electorales quedará fuera del furor legislativo.

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