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Porque lo digo yo
Columna
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Nacionalismo

No solo hay una versión política: también existe el nacionalismo 'mental', ese que casi todos llevamos dentro

Manifestación de la Diada Nacional de Cataluña.
Manifestación de la Diada Nacional de Cataluña.Carles Ribas
Borja Hermoso

Estas líneas no van de la reciente y lamentable jaula de grillos del Parlament ni del facilismo melancólico y teledirigido de la Diada de ayer. Ni tampoco de cómo hace ya mucho algunos tertulianos hicieron del nacionalismo aplicado a la política la forma de ganarse la vida sin tener pinta de saber quién es Rousseau. Esto va del nacionalismo mental. El que viaja en casi todos nosotros, vaya.

El nacionalismo es, según la RAE, “el sentimiento fervoroso de pertenencia a una nación y de identificación con su realidad y con su historia”. Pongamos que hablamos de las croquetas de nuestra madre. No serán una nación, pero son las mejores, no hay duda. O de las fiestas de nuestro pueblo, ¿de verdad no has estado nunca? O de qué coños haces en la playa cuando a donde hay que ir es al campo, y viceversa. O de qué suerte han tenido esos cerdos con el gol, si hemos jugado del copón (el fútbol es la quintaesencia del nacionalismo mental, y solo se libran algunos héroes).

Hubo un anuncio en la tele en el que a un simpático españolito se le ponía cara de trance cuando, en la Nueva York del hot dog y el sándwich de pastrami, se le cruzaba una furgoneta de una marca de celtibéricos chorizos. Era genial porque era de verdad. Lo nuestro, ¡ay, lo nuestro! Conocí en un hotel de Indonesia a una pareja de Teruel que suspiraba por una paella.

Otrosí: no tener la más mínima intención de escuchar lo que dice el otro porque nos roba tiempo para pensar lo que vamos a decir —el verdadero deporte nacional en España— es nacionalismo mental. Porque hay un nacionalismo mental. Y folclórico. Y local. Y de barrio. Y de calle. Y de escalera. Y aquí no hay quien viva.

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Sobre la firma

Borja Hermoso
Es redactor jefe de EL PAÍS desde 2007 y dirigió el área de Cultura entre 2007 y 2016. En 2018 se incorporó a El País Semanal, donde compagina reportajes y entrevistas con labores de edición. Anteriormente trabajó en Radiocadena Española, Diario-16 y El Mundo. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra.

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