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Los estudiantes extranjeros no tienen casa en Holanda

Llamamiento a ayuntamientos, inmobiliarias y academias para retener a los alumnos

Isabel Ferrer
Pisos de estudiantes en Holanda
Estudiantes en la Universidad de Leiden en Holanda. Cris Toala Olivares

El pasado curso académico, había en Holanda 72.000 alumnos extranjeros (de un total de 264.838) matriculados en las universidades y escuelas superiores, según cifras oficiales. Atraídos por la buena calidad de la enseñanza y el hecho de que gran parte de las clases se imparta en inglés, muchos de los recién llegados tropiezan, sin embargo, con un obstáculo inesperado: no tienen donde vivir. Sin colegios mayores o pensiones al uso, y expuestos a un mercado inmobiliario privado, pueden acabar alojados en un camping, hoteles regulares, o incluso un coche en plena calle. “Un británico pasó cuatro meses buscando casa y durmiendo en un tresillo en nuestras oficinas. Al final, anuló la matrícula y regreso a su país”, acaba de denunciar el Sindicato Nacional de Estudiantes.

Tariq Sewbaransingh, su presidente, cifra en “centenares” los nuevos alumnos que buscan este año alojamiento a pesar de que las clases han dado ya comienzo. Encontrar una habitación tampoco es fácil para los holandeses, pero en el caso de los foráneos, las inmobiliarias especializadas en estos alquileres aducen que pasarán poco tiempo en la ciudad elegida. O tal vez dejen el curso a medias. Por eso prefieren asegurar un flujo estable de clientes. Indignado, el Sindicato ha abierto un buzón digital para reunir las quejas de los que no consiguen ubicarse. También aporta otro ejemplo penoso: un joven galo que estuvo un mes en un piso contratado a través de Airbnb, y luego en un hostal. No encontró nada más y regresó a Francia. “Las universidades, los ayuntamientos y las inmobiliarias deben trabajar juntas para resolver este problema endémico y ayudar a los estudiantes. Si no para qué se afanan en atraer a los extranjeros”, ha dicho Sewbaransingh. En la ciudad de Groningen, al norte del país, que tenía en 2016 unos 6.000 alumnos extranjeros (de los 120.000 inscritos), el consistorio ha abierto este año un centro de refugiados en desuso. Allí pueden dormir por 16 euros la noche, pero esas son las soluciones temporales repudiadas por el Sindicato, que pide pisos, y mejor información, para todos.

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