6 fotosSu casa es un campo de minas (pero tiene solución)Un análisis de las causas más frecuentes de los accidentes en el hogar y cómo evitarlosBeatriz Portinari09 sept 2017 - 07:53CESTWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlace“La población más vulnerable en el hogar son los niños y ancianos, y en ambos casos las caídas son el principal problema. No se trata solo de evitar encerar los suelos y quitar juguetes del paso de los mayores, sino de proteger los esquinazos de los muebles o colocar barandillas de seguridad en la pared del baño. Un resbalón puede costar un disgusto”, señala Jordi Castilla, portavoz de FACUA-Consumidores en Acción, que ha publicado una Guía del Consumidor para la prevención de accidentes. Si los pequeños de la casa tienen tendencia a acabar con su cabeza en las esquinas, además de protecciones adhesivas para los muebles podemos proteger casi cualquier rincón con seis metros de protección acolchada e incluso barreras enrollables para cubrir vanos de escaleras, accesos a ventanas o balcones. La buena noticia es que a medida que los niños crecen, sus ingresos hospitalarios por accidente disminuyen, según un reciente estudio francés que ha hecho un análisis de las caídas de los menores durante una década. Las banquetas son otro elemento que deberían desaparecer de las casas: si vamos a coger algún objeto en altura es preferible perder unos segundos en abrir una pequeña escalera de tijera a que la banqueta se tambalee y nos desnuquemos. Para las personas mayores que pueden tener dificultades para acceder a la bañera, la mejor opción es sustituirla por un plato de ducha de fibra de carbono o kevlar, que además de instalarse a ras de suelo tiene un material antideslizante. Un estudio italiano que analizó las consecuencias de las caídas domésticas en la población anciana señalaba magulladuras, fracturas y cortes como las principales lesiones sufridas.Aunque entre la población adulta es muy difícil que una intoxicación accidental, los niños sufren un preocupante índice de accidentes relacionados con productos de limpieza o medicamentos. FACUA advierte que la Organización Mundial de la Salud cifra en 50.000 niños fallecidos por este motivo en el año 2003. Para evitar ingestas accidentales, además de colocar los productos de higiene o medicamentos fuera del alcance de los menores, existen cierres de seguridad para cajones o pestillos temporales que pueden bloquear también el armario del botiquín. Los gases tóxicos son otra fuente de accidentes. Aunque cada vez menos hogares tienen braseros de carbón o estufas, la pobreza energética ha obligado a familias a calentarse con sistemas viejos y deteriorados que pueden provocar este tipo de intoxicaciones. La inhalación de disolventes y determinados productos también nos intoxican sin que nos demos cuenta: si un fabricante recomienda emplear ropa protectora o mascarillas para la manipulación de su producto conviene seguir las instrucciones. “A veces, los jóvenes que se independizan no tienen por qué saber cosas como que no se debe mezclar lejía y amoníaco y ni siquiera guardar cerca. Igual que quizá una reacción instintiva sea echar agua a una sartén que arde. O se puede olvidar de cortar la luz si va a cambiar una bombilla”, señala el portavoz de FACUA.Para evitar la asfixia accidental en menores, además de controlar que los juguetes no contengan piezas pequeñas y retirar todos los botones o pilas de su vista, hay que extremar las precauciones con la bañera y las piscinas. Apenas dos centímetros de agua o 20 segundos de despiste son suficientes para que un bebé se ahogue. Según el último Informe Nacional de Ahogamientos de Menores, las piscinas domésticas y privadas son la principal causa de accidentes. No existe nada que sea tan efectivo como la vigilancia permanente de un adulto ni puede ser sustituido por ningún dispositivo, pero puede contribuir la instalación de cobertores de seguridad para tapar piscinas, pulseras con alarma de seguridad que salta en contacto con el agua y bañadores-flotadores que evitan sustos en la piscina.La cocina concentra la mayor tasa de accidentes del hogar porque puede pasar de todo: desde un resbalón por líquido en el suelo a cortes y quemaduras, pasando por una intoxicación accidental debida a la cercanía de los productos de limpieza. Nunca se debería cambiar de recipiente un determinado líquido porque en el etiquetado aparece información valiosa en caso de intoxicación. La mejor forma de evitar que se contamine la comida es guardar esos productos higiénicos y químicos en un armario lo más lejos posible de los alimentos y de los niños. Por otra parte, los productos frescos o refrigerados no pueden permanecer fuera del frigorífico más de una hora, y si el alimento congelado que hemos comprado se ha podido descongelar por el camino debido a las altas temperaturas, ante la duda es preferible cocinarlo y consumirlo ese día, nunca guardarlo en el congelador de nuevo.Una sola chispa puede acabar con una intervención de los bomberos. Y, al margen de imponderables, como algún cable en mal estado o fallos en una instalación eléctrica vieja, todos los demás casos son evitables. Algunos consejos de sentido común son no fumar en la cama, ni vaciar ceniceros con cigarrillos mal apagados; no olvidar la plancha enchufada sobre alguna prenda ni tratar de hacer un empalme con cinta aislante tradicional. Otra recomendación práctica es tener en casa un pequeño extintor y, sobre todo, saber usarlo y revisar su fecha de caducidad. También existen mantas ignífugas de fibra de vidrio y rápida apertura, que sirven para colocar encima de cualquier objeto que arda o para envolvernos en ella si el fuego se nos ha ido de las manos. Para proteger a los ancianos que viven solos y que pueden olvidar con más facilidad el brasero encendido o la comida en el fuego, se puede instalar en su casa un detector de humo con sensor fotoeléctrico y una estridente alarma.“En toda vivienda hay riesgo electrocución porque las tensiones que alimentan los electrodomésticos [220 o 125 voltios] son muy peligrosas. Y la gravedad de la electrocución puede ir desde un simple calambrazo hasta la muerte por paro cardíaco”, advierte Salvador Sitjar, médico especialista en Medicina Familiar y Comunitaria en Barcelona y autor del estudio La salud en el hogar: los accidentes domésticos. Y añade: “Para prevenir la electrocución es importante no conectar aparatos que se hayan mojado, ni tocar cualquier aparato eléctrico con las manos mojadas o los pies descalzos. No deberíamos olvidar tampoco desconectar el interruptor general, situado normalmente en el cuadro eléctrico, al manipular la instalación eléctrica”. Para evitar accidentes con la estufa eléctrica en el cuarto de baño, por ejemplo, el experto recomienda que nunca esté a menos de un metro del agua. Una buena opción puede ser el modelo de estufas que se pueden anclar a la pared o techo para mantenerse lejos de la humedad. Por último, los enchufes suponen el mayor riesgo de electrocución para los niños pequeños. Aunque posiblemente no exista familia con bebé que no haya protegido ya todos los enchufes de su casa.