Terror en Barcelona
El terrorismo, sea del signo que sea, nace como semilla del odio. Se basa en el desprecio del valor de la vida y es un crimen sin justificación alguna. La finalidad del terrorismo no es únicamente matar indiscriminada y ciegamente sino que, además, con su salvaje acto, lanza un mensaje que pretende desestabilizar al enemigo. Los terroristas, con sus crueles e irracionales atentados, lo que intentan es modificar nuestro comportamiento provocando el miedo, la incertidumbre y la división en la sociedad a la que agreden. Estamos, en consecuencia, ante una guerra psicológica. Conviene, pues, no dejarlos ni dejarnos vencer. Por eso es necesario que hoy, más que nunca, todos seamos barceloneses y nos sintamos catalanes.— Juan Antonio Valero Casado. Lleida.
Las Ramblas de Barcelona se han manchado de la sangre de quienes disfrutaban de una tranquila tarde paseando, al igual que, hace dos días, disfrutaban de una tarde de compras 27 nigerianos momentos antes de que su sangre salpicara los puestos del alborotado mercado de Maiduguri, al noreste de Nigeria, al hacerse estallar una mujer bomba que se inmoló en aquel lugar. Solidaridad para Barcelona, sin olvidarnos de las muchas Barcelona, París, Niza, Berlín, Mánchester, Londres o Estambul alrededor del mundo, y cuyos dramas provocados por el terrorismo no reciben la misma atención, ni la misma cobertura mediática.— Francesco Saverio Angiò. Madrid.
Estos salvajes terroristas no destruirán un referente de la diversidad cultural y turística de España como es la ciudad de Barcelona. Ahora, más que nunca, todos somos barceloneses. Nuestra solidaridad con todas las víctimas desde todos los puntos del mundo.— José Antonio Cabeza. Barbate (Cádiz).
Estamos en pleno mes de agosto, muchos de nosotros seguimos de vacaciones, pero la sinrazón y el odio extremo de unos seres a los que no sé cómo calificar, no descansa en pleno mes estival. Hoy, todo el mundo tiene en mente a esta bonita ciudad llamada Barcelona, todos lloramos por ella. En estos momentos no me importa el debate sobre el independentismo, no me interesan los comentarios en los medios sobre un clásico. Solo me preocupa la barbarie y, ante eso, todos somos uno y sí estamos unidos.— Christine Sanz Ahrens. Villaviciosa de Odón (Madrid).
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.