El momento
Superado el trauma del primer bebé en el grupo, de pronto un día te encuentras hablando en serio de algo que parecía tan lejano como la procreación y crianza
Tener hijos antes de los 30 es una rareza entre muchos grupos de amigos en España. Cuando alguien osa dar el pistoletazo de salida, el ritual de celebración incluye atragantarte con lo que te estás tomando y montar algo de melodrama, rollo final de Friends, clamando que la vida iba en serio y, sudores fríos, resulta que nos hacemos mayores. No está mal sentirse mayor de vez en cuando en un país donde a los de 35 y algo más se les engloba como “jóvenes”. Los postadolescentes lo encuentran desternillante, claro, pero varios factores socioeconómicos hacen que los adultescentes vivamos etapas de madurez más tarde. El primogénito entre mujeres de nacionalidad española llega pasados los 31; cuatro décadas atrás, en otro contexto, antes de los 25.
Quienes siempre supieron que no querían hijos tienen que aguantar demasiadas veces impertinencias sobre su decisión, pero al menos se saltan el problema de “buscar el momento”, una conversación que puede llegar a ser de alta tensión. Y se libraron, de paso, de quedarse pensando cuántos años se llevarán los hijos propios con los de los amigos que te dicen que se lanzan a por ello. Más sudores fríos.
Superado el trauma del primer bebé en el grupo, de pronto un día te encuentras hablando en serio de algo que parecía tan lejano como la procreación y crianza. Y nos enteramos de que lo de “tener hijos no es fácil” también se dice literalmente, no sólo por lo que te espera sino por lo que puede costar lograrlo. Entre mujeres, al tener un calendario biológico más limitado, pasados los treinta y tantos sale el tema de congelar (técnicamente “vitrificar”) óvulos.
“Aunque nos veamos jóvenes y lozanos nuestros óvulos tienen fecha de caducidad y no quiero que se me pase el arroz (...) He necesitado más de un tratamiento para conseguir la cantidad de óvulos mínima que se recomienda preservar”, contó la actriz Nerea Garmendia (37 años), tras celebrar en Nochevieja la extracción exitosa de unos cuantos de sus óvulos. Paula Vázquez habló de ello hace años como una “bombona de oxígeno”.
A Garmendia le preguntaron lo que suele preguntarse: ¿Cuándo será el momento adecuado? Padres y madres suelen ofrecer dos respuestas: nunca y siempre, porque en ambos casos te estarás perdiendo algo. La relatividad del tiempo.
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