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La Declaración Universal de los Derechos Humanos señala que todos los seres humanos son iguales en dignidad y derechos. Pero la experiencia demuestra que esto no se cumple ante los mosquitos. Unos ciudadanos apenas se llevan picaduras y a otros, literalmente, les acribillan. “Se suele decir que si te pican más es por tener la sangre muy dulce, pero en realidad lo que influye es el olor corporal. Y este es un factor muy personal, condicionado por la temperatura corporal —más nos pican cuanto más calientes estemos—, las hormonas y los cosméticos que se hayan aplicado”, señala el alergólogo <a href="https://www.topdoctors.es/doctor/lluis-marques-amat" target="_blank">Lluís Marquès</a>, de Avantmèdic y miembro de Top Doctors. Las injusticias ante los picotazos no acaban ahí. Mientras a algunos solo les sale un granito insignificante, otros viven la ignominia de llenarse de habones de magnitudes épicas al menor picotazo. “Aquí entra en juego la reacción inmunológica de cada persona a la saliva del intrépido insecto. Y esto depende de la predisposición natural así como de la frecuencia y <a href="https://elpais.com/elpais/2015/04/21/ciencia/1429613571_574034.html" target="_blank">cantidad de picaduras previas</a>”. En otras palabras: cuanto más le acribillen y más seguidos, el cuerpo entenderá que no es un ataque mortal y dejará de reaccionar desmedidamente. ¿Cómo protegernos? En el mercado hay decenas de tipos de repelentes contra los mosquitos y algunos más eficaces que otros. Los he probado todos y esta ha sido mi experiencia.
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He probado todos los repelentes para mosquitos que existen y esto es lo que he aprendido

De los más eficaces a los completamente inútiles. A continuación un análisis de cada uno

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