‘Booktubers’: cuando lo que recomienda tu ‘youtuber’ favorito son libros
Algunos jóvenes acumulan cientos de miles de seguidores recomendando libros en Internet
Amados por unos y muy cuestionados por otros. Los booktubers son jóvenes que recomiendan libros a otros jóvenes a través de YouTube, contagiando su pasión por la lectura y abriéndose paso en las redes como un fenómeno mundial.
Vienen pisando fuerte, ganando su sitio en nuestro país y ya cuentan con miles de seguidores. Los booktubers usan las nuevas tecnologías para acercar la lectura a los jóvenes través de internet, el idioma de este siglo. Los adultos podemos sacudirnos de prejuicios para adaptarnos a los tiempos que corren y darle la oportunidad al uso que nuestros hijos pueden dar (y recibir) de las nuevas herramientas.
Libros, blogs y redes sociales
Pero, vamos por partes. Lo primero es que este es un fenómeno juvenil que lleva solo unos siete años de recorrido en España. Empezó siendo una pequeña comunidad de jóvenes de entre 15 y 30 años, apasionados por la lectura, las redes sociales y la tecnología, que subían vídeos sobre lo que leían, a YouTube. Inspirados en el mundo anglosajón (porque ahí empieza todo) la expansión llegó a los países hispanohablantes y se ha ido convirtiendo en una plataforma en la que los booktubers pueden seducir a más de 200.000 jóvenes apasionados por los libros, pero también a los que no lo son tanto.
La mayoría de los booktubers proviene de blogs literarios, en los que escribían reseñas o comentarios de sus libros favoritos.
La mayoría de los booktubers proviene de blogs literarios, en los que escribían reseñas o comentarios de sus libros favoritos. Poco a poco fueron notando que cuando incluían entradas audiovisuales en sus blogs tenían mejor acogida que los textos, ya que suponían una forma de comunicarse más dinámica, creándose así la comunidad BookTube. Otros booktubers no vienen de la “blogoesfera” literaria sino que son antiguos (si cabe aquí la palabra) youtubers, que se grababan a sí mismos hablando de distintos temas, y que ahora han acotado sus contenidos a los libros.
Top de booktubers españoles
Uno de los precursores del movimiento es Javier Ruescas, que con 29 años es periodista, escritor, editor, conferenciante y profesor, que empezó hace unos años hablando de sus primeras publicaciones (hoy ya casi una veintena). Actualmente, su canal cuenta con más de 215.000 suscriptores, lo que lo posiciona como el booktuber más influyente de España. Ante esta cifra, señala que su clave es “el trabajo constante, la regularidad de publicación, la creación de una comunidad fiel, la originalidad, la veracidad, el disfrute y los conocimientos de edición. Todo suma.” Otro nombre del que se habla es el de Sebas G. Mouret, cuyo canal El coleccionista de mundos tiene más de 203.000 suscripciones. Dice que habla a la cámara como si fuera a una persona que enfrente, que no es tan frío como una crítica de periódico o blog. “Además, cuento lo que pienso de los libros que leo; si no me ha gustado, tengo que decirlo, porque si no, se me acabará notando”.
Esmeralda Verdú es también considerada una de las pioneras. Con 26 años, su canal Fly like a butterfly alcanza una audiencia de casi 178.000 seguidores, lo que la ha animado a escribir una novela junto a otra booktuber, May R. Ayamonte. Una oportunidad similar ha tenido Andrea Izquierdo, de 21 años, cuyos comentarios literarios en Andreo Rowling atraen en You Tube a 127.000 personas.
Las claves del éxito
Según los datos del Ministerio de Educación Cultura y Deporte, el segmento poblacional que más lee en nuestro país es el de los jóvenes de 14 a 24 años. ¿Tendrán algo que ver los booktubers? Aún no se cuenta con ese dato pero, sin duda, de una u otra manera, estos jóvenes son unos auténticos promotores de la lectura. Y lo mejor, es que lo hacen con sus pares. Hablamos de jóvenes que comentan lecturas a otros jóvenes. Son simpáticos, activos, transparentes y adoptan un lenguaje cercano, de “tú a tú”, como “si hablaras con tus amigos”, interviene Javier Ruescas. Y quizá esta es la razón por la que el mensaje llega de manera más amena y eficaz que la de un profesor en clase, por ejemplo.
Otro punto que rescata este booktuber es que “con sinceridad es como se seduce a cualquier persona de cualquier cosa. Yo no recomiendo libros que no he leído, y, de hecho, rara vez hablo de títulos que no me han gustado. Tampoco cambio mi registro para hablar en el canal, soy yo mismo”.
Un aspecto interesante para reflexionar es que el booktuber se ciñe al concepto del que hablaba José Rovira Collado, de la Universidad de Alicante, en el III Congreso Internacional Virtual de Educación Lectora (Civel), en cuanto a que promueve también una lectura colaborativa, en la se intercambian y comparten anotaciones, comentarios, valoraciones, libros, lecturas, etc. O sea, también se convierte en una actividad social, que los adultos tanto tememos que nuestros jóvenes pierdan.
Un día de booktuber
Una cámara, un ordenador, una labia más o menos hábil y un buen desplante son los ingredientes básicos que acompañan a los vídeos de los booktubers. La comunidad está formada por cientos de ellos y con el tiempo, cada vez tienen que ir introduciendo elementos diferenciadores por lo que junto a los comentarios literarios, comparten sus costumbres, manías, juegos, retos y otras ocurrencias que hace que capten más asiduos.
En cuanto a la rutina, Ruescas nos cuenta que “no hay dos días iguales. A veces se graba solo, otras colaborando con amigos. Normalmente, preparo un guión básico, grabo y edito. Todo en el mismo día. Cada vídeo lleva una media de 3 horas. Aunque hay algunos con los que tardo más”. No hay duración fija, pero ronda los 10 minutos. Algunos booktubers se imponen subir vídeos uno o dos días fijos a la semana y otros, sin regularidad.
Libros a cambio de reseñas
La plataforma es beneficiosa tanto para el booktuber (mal que mal, hace lo que le apasiona), como para los suscriptores que pueden conocer las referencias de alguien que ha leído los libros que salen al mercado y a quien validan. Pero también es un caramelo para las editoriales, las que han visto en esta comunidad una vía eficaz y certera de llegar al público. Por eso, establecen colaboraciones con los booktubers, en las que hacen llegar las últimas novedades literarias a cambio de una reseña, comentario o mención en el canal. En el caso de Ruescas, este asegura: "Nunca me he sentido presionado para hablar (bien o mal) de un libro. Suelo hablar de novelas que me gustan, sean novedades o no, las haya comprado yo o me las hayan enviado las editoriales. La libertad es absoluta".
Una cámara, un ordenador, una labia más o menos hábil y un buen desplante son los ingredientes básicos que acompañan a los vídeos de los booktubers.
Y la respuesta a una pregunta que abunda por las redes: al parecer no hay dinero de por medio. Javier añade que “no se puede vivir solo de ello. Yo tengo muchos trabajos más. Pero es una pasión que me encanta cultivar y el canal da tantas alegrías que es maravilloso seguir con él”.
El lado oscuro
Pero no todo es un camino de rosas para los booktubers, quienes han sido criticados por falta de originalidad (los envíos de las editoriales y a todos puede ser una causa de que salgan reseñados los mismos libros casi al mismo tiempo), de rigor, de criterio de selección (muchas veces se inclinan solo por las obras más comerciales), de profundidad y la mayor importancia que se da a la forma sobre el contenido. Y el uso y abuso de frases cliché, frases fáciles, hechas y vacías pueden también minar todas los aspectos positivos de este fenómeno. Quizá esa superficialidad que molesta viene dada también por las caracterísiticas propias de las redes sociales. Pero por un solo joven no lector que se haya “enganchado” a un libro a través de estos canales, ya vale la pena el fenómeno.
Para estar al día con el idioma 'booktuber'
Esta comunidad tiene jerga propia en inglés:
- Book houls: inspirados en los videohauls, píldoras en las que jóvenes muestran sus últimas adquisiciones de ropa, llevados al mundo de los libros.
- Book Tag: etiqueta para temáticas especiales, con retos, curiosidades, debates...
- Bookshelf Tour: una visita por la biblioteca del booktuber.
- Unboxing: llega un paquete de libros comprados o regalados y ¡a abrirlo frente a la cámara! También se usa IMM: del inglés In My Mailbox, en mi buzón.
- Wrap up: los comentarios de las lecturas leídas en un período: una semana, un mes, verano...
- vlog: un blog en formato vídeo
- TBR: To be Read, libros que vas a leer próximamente
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