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“Escribir es la más grande estafa social”

El autor David Foenkinos, superventas en Francia, regresa con la intrigante ‘La biblioteca de los libros rechazados’

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David Foenkinos posa para ICON pidiendo tranquilidad y paciencia a todos aquellos escritores cuyos libros han sido rechazados.
David Foenkinos posa para ICON pidiendo tranquilidad y paciencia a todos aquellos escritores cuyos libros han sido rechazados.Audoin Desforges

Nos ha citado en el restaurante parisino L’Inédit, entre Nation y Bercy, y es inevitable preguntarse si David Foenkinos (París, 1974) lo habrá hecho con premeditación, porque lo cierto es que el nombre del bar se ajusta al espíritu de su última novela: La biblioteca de los libros rechazados (Alfaguara), en la que todo gira en torno a un manuscrito cuyo autor es un misterio. Una intriga con destellos de comedia y una aguda reflexión sobre la época contemporánea y su devoción por las cifras. El novelista y cineasta lleva todo el día rodando y cada vez que se escucha una sirena detiene la conversación como si continuara en el rodaje. Su libro La delicadeza (2012) fue un superventas y obtuvo 10 premios en Francia,

¿Qué es más importante, la forma o el fondo? Son indisociables. Antes de empezar una novela tengo la historia, pero mi obsesión es el estilo, la manera de unir los elementos psicológicos. En este caso he querido que, en lo relativo a la investigación, se entremezclaran historias permanentemente. Escribí primero la trama, conocía el secreto de antemano, pero disfruté más puliendo. Después de Charlotte me quería divertir.

¿Cuáles fueron sus lecturas necesarias? La literatura rusa. Las pasiones que se descubren entre los 16 y los 20 son las que te acompañan toda la vida. Me interesa que mis libros sean punto de partida de algo más, por eso aquí hay tantas referencias literarias, entre ellas la de Pushkin, crucial en la trama.

En el libro leemos: “Todos los escritores están locos pero están peor los que aún no han publicado”. La biblioteca de los libros rechazados existe en EEUU, la fundó Richard Brautigan con el nombre The Brautigan Library. Y la idea era que, como hoy hay más escritores que lectores, si aceptamos todas las novelas aceptamos a todos los depresivos que genera la literatura. Me interesó la biblioteca como refugio para los libros sin lector y hallar en ella un manuscrito genial (Las últimas horas de una historia de amor). El verano pasado, la biblioteca de Crozon [pueblo de Bretaña donde se ambienta la historia] se llenó de gente que depositaba sus manuscritos… Sí, he recibido la medalla de oro de la ciudad.

"Una vez hice un encuentro literario y solo había una mujer, había olvidado sus llaves y entró en la librería para hacer tiempo. Me gusta tener éxito, pero nunca ha sido una obsesión”

¿Publicar puede ser peor que no publicar? Antes de La delicadeza había escrito libros que pasaron con más pena que gloria. Soñamos con publicar y puede resultar un amor decepcionante. Una vez hice un encuentro literario y solo había una mujer, había olvidado sus llaves y entró en la librería para hacer tiempo. Me gusta tener éxito, pero nunca ha sido una obsesión. Y cuando lo tienes vienen los celos, la agresividad…

Escribir es ese trabajo que permite quedarse en la cama todo el día y decir: “Estoy trabajando”. Escribir es la más grande estafa social, la mayor coartada. Incluso puedes decir a tu mujer: “Déjame tranquilo, necesito viajar, estoy escribiendo una novela”, y funciona.

Cuando ese manuscrito rechazado rompe el mercado, los editores llaman a los autores que ignoraron y se llega a publicar una novela con faja promocional que dice: “¡El libro que fue rechazado por 23 editoriales!”, una actitud muy contemporánea. Así es, triunfan los libros de autoayuda y yo amo los libros deprimentes: Dostoievski, Roth… Cuando leo, me gusta comprender la vejez, la guerra… Un libro que contara mi vida me daría igual. Por eso creé el personaje de Henri Pick [pizzero y supuesto autor del manuscrito]. Hoy todo el mundo busca éxito y dinero; él representa la sombra, la no exhibición, lo raro. Pero yo soy positivo, hay barreras pero la modernidad permite estar en contacto con todo el mundo y acceder a la cultura de manera rápida.

En sus ficciones se funden la memoria histórica y la memoria personal. No creo que se pueda ser escritor sin tener relación con la memoria, por eso escribí Los recuerdos. A veces, cuando no sabes por qué te ha conmovido algo, es preciso buscar la respuesta en tu pasado, en la memoria interna que todos tenemos.

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Sobre la firma

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Es autor de las novelas 'Los Baldrich', 'La estación perdida', 'Los buenos amigos' o 'Jauja' y del libro de viajes 'París'. Su obra narrativa ha obtenido varios premios. Es profesor en la Universidad Sciences Po de París. Como periodista fue Premio Pica d´Estat 2011. Colabora en El Ojo Crítico de RNE y en EL PAÍS. 'Verso suelto' es su última novela

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