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Cómo quitarle el trabajo a un robot

Para competir con las máquinas hay que aprender a diferenciarse. Aquí van siete consejos para poder hacerlo con éxito

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¿Recuerdas la teoría de las tres D? Dice que si un trabajo es sucio (Dirty), aburrido (Dull) y peligroso (Dangerous) se trata, realmente, de un trabajo para robots.

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Esto explica por qué están tan presentes en la ejecución de tareas rutinarias y repetitivas, desde donde han ido evolucionando hacia tareas de mayor complejidad, poniendo en jaque parte del futuro del mercado laboral. Sin embargo, esto no debe llevarnos a pensar que los robots pueden desempeñar mejor que nosotros cualquier profesión porque, desde luego, no se trata de una batalla perdida.

Para competir con las máquinas hay que aprender a diferenciarse, por lo que aquí van siete consejos para poder hacerlo con éxito.

1. Haz caso a Sócrates

Si te quieres preparar frente a la llegada del tsunami digital, haz mucho caso a Sócrates porque uno de los ejes centrales de su pensamiento, el famoso "conócete a ti mismo", sigue de plena actualidad. La frase podía leerse en el frontispicio del templo del Oráculo de Delfos, recinto sagrado al que acudían los griegos de la época para plantear sus consultas a los dioses.

Es necesario esforzarse por aprender cosas nuevas cada día: conocimientos técnicos, errores de los fracasos, lecciones aprendidas, etc. No obstante, el mayor aprendizaje es el que se produce desde la desestructuración de uno mismo (ruptura de viejos patrones, mecánicas, etc.) y la reestructuración desde nuevas perspectivas.

¿Dónde están mis debilidades? ¿Mis fortalezas? ¿Mis limitaciones? ¿Mis falsas percepciones? ¿Mis responsabilidades no asumidas? ¿Mis proyecciones en los demás? La innovación, el cambio y la transformación digital pueden y deben empezar en cada uno de nosotros.

2. Nada de automatismos

Hazte las preguntas: ¿eres predecible? ¿Lo son tus actos? ¿Y tú forma de hablar? ¿Te encuentras entre los que apuestan por innovar? ¿O vives, por el contrario, encadenado a los automatismos?

No tengas prisa y dedica el tiempo que necesites a encontrar las respuestas porque si tu forma de pensar, de comportarte y de trabajar es siempre la misma quizás tengas un problema y el primer paso para resolverlo será ponerle conciencia.

Si haces tu trabajo como un robot podrías tener los días contados. Tienes que demostrar en cada momento que eres humano, que tienes ideas originales y que comprendes cada situación. Esos seres mecánicos no descansan, no protestan ni enferman, pero todavía no entienden el mundo como lo hace una persona.

Atrévete a innovar, apuesta cada día por crear y por romper muchos esquemas en lo personal y lo profesional. Diferénciate de los robots porque, con los tiempos que nos llegan, esta será, sin duda, la clave de tu rentabilidad.

3. Piensa, razona y reflexiona

La RAE define la inteligencia artificial como "la disciplina científica que se ocupa de crear programas informáticos que ejecutan operaciones comparables a las que realiza la mente humana, como el aprendizaje o el razonamiento lógico".

Se trata de una disciplina que ha avanzado mucho durante los últimos años, logrando incluso pasar el test de Turing, prueba diseñada para comprobar si una máquina puede “pensar”. Sucedió el 7 de junio del 2014, coincidiendo con el 60 aniversario de la muerte del genio británico. Un programa informático bautizado como Eugene Goostman logró convencer a los presentes de que se trataba de un joven de trece años de edad.

Sin embargo, ¿es realmente posible imitar, de forma artificial, el funcionamiento de nuestra mente? ¿Y programar la conciencia en un ordenador? Debo aclarar que Eugene no consiguió convencer a todos los jueces, tan solo pudo con un tercio. No obstante conseguía pasar la prueba dado que el mismo Turing puso como condición que tan solo hacía falta engañar a más del 30%.

A la inteligencia artificial aún le queda un importante camino por recorrer para llegar a razonar igual (o mejor) que nuestro cerebro. Si de verdad te quieres diferenciar de una máquina, lo tienes muy fácil: piensa, razona y reflexiona.

Interfaz de Eugene Goostman, el robot que pasó el test de Turing en 2014.
Interfaz de Eugene Goostman, el robot que pasó el test de Turing en 2014.

4. Desarrolla tu sentido del humor

El sentido del humor nos hace la vida más fácil y es bueno para nuestra salud, lo que lo convierte en un ingrediente fundamental para una vida personal y profesional satisfactoria.

El sentido del humor “robótico” tan solo lo podemos encontrar en las novelas y las películas de ciencia ficción. ¿Los recuerdas, por ejemplo, en la recopilación de relatos Yo, robot (1950)?

La obra de Isaac Asimov presentaba robots cada vez más perfectos y parecidos al hombre. Entre otros, mencionaba máquinas inteligentes, seres artificiales con sentimientos y robots que llegan a tener sentido del humor. Sin embargo, con el paso del tiempo, algunos acaban volviéndose locos e incluso desarrollando impulsos asesinos.

Las máquinas no pueden, de momento, asumir la humanidad necesaria como para entender el humor o la ironía, que tienen una presencia enorme en nuestro día a día, por lo que su comprensión es imprescindible. Si quieres competir contra ellas, saca todo lo que puedas tu sentido del humor y ten siempre muy presente que es una de esas cosas que precisamente más nos diferencian de ellas.

5. Gestiona tus emociones con inteligencia

Lo dijo Charles Darwin en El Origen de las especies (1859): “De la rápida progresión en que tienden a aumentar todos los seres orgánicos resulta inevitablemente una lucha por la existencia [...] tiene que haber en cada caso una lucha por la existencia, ya de un individuo con otro de su misma especie o con individuos de especies distintas [...]”.

Al pensar en la llegada de los robots a muchos les vendrá a la mente el transhumanismo. Esa corriente de pensamiento afirma que con la incorporación efectiva de las nuevas tecnologías los seres humanos podríamos llegar a convertirnos en seres tan excepcionales que pasaríamos de la humanidad a la poshumanidad.

¿Una nueva raza? ¿La fusión con los robots? ¿El peligro de la evolución humana? Sinceramente, no lo sé. Si voy a mencionar a Darwin a continuación es porque su obra La Expresión de las Emociones (1872) nos dio también una importante clave para poder competir con ellos.

Las emociones son, según Darwin, un mecanismo adaptativo clave para la supervicencia

Según su teoría, las emociones son producto de nuestra evolución y un mecanismo adaptativo clave para la supervivencia. Por ello, si los robots llegan sin ellas, ¿no se podrían convertir en nuestra ventaja competitiva? No tengo ninguna duda de que sí, por lo que recomiendo aprender cuanto antes a gestionarlas con inteligencia y a desarrollar nuestro lado emocional al máximo.

6. Coge el control y programa

Vivimos una época de inmersión digital que se acelera, cada vez más rápida y más profunda, y frente a su llegada hay que decidir: podemos apostar por sumergirnos y formar parte de ella o bien, por el contrario, mirar hacia otro lado esperando a que pase el temporal, aunque todos sabemos ya que nunca lo hará.

Durante la última década, el coste de la robótica ha bajado un 27%, y se espera un 22 % adicional para la próxima según el informe Robot Revolution elaborado por Bank of America. Eso explica en gran medida por qué en 2025 el 45% de las tareas industriales estarán en manos de robots, frente al 10% que actualmente tienen bajo su responsabilidad.

Todo esto repercutirá enormemente sobre el empleo, pero es importante precisar que no todo es destrucción. La Federación Internacional de Robótica (IFR) señala, por ejemplo, que la llegada de la robótica supondrá una generación de entre los 1,9 hasta los 3,5 millones de empleos, añadiendo que a estas cifras habría que sumarles el empleo indirecto, lo que, en su opinión, ofrecería un saldo positivo.

De esta forma, si te quieres apuntar a ganador y aún no te has digitalizado, toma buena nota y ábrete a la tecnología: programa, explora, experimenta y, sobre todo, disfruta, te hará el camino más fácil.

7. No lo dudes, esfuérzate

Competir con los robots requiere muchas cosas, muchas horas y recursos que tienen un coste de oportunidad, pero tan solo hay que abrir los ojos para comprobar que, como se suele decir, no nos queda otra.

¿Tenemos que esforzarnos por diferenciarnos? ¡Sí! ¿De verdad hay que pararse a reflexionar, a innovar, y a gestionar las emociones? ¡Por supuesto! ¿Y además hay que ponerse las pilas con la tecnología? ¡Sin duda…! ¿Y encima, todo ello con sentido del humor? ¡Sí, sí, sí!...

Si de verdad quieres competir contra las máquinas, no lo olvides nunca: lo que te diferencia de ellas te hace rentable y, por supuesto, empleable.

Silvia Leal es consejera y experta en inno-liderazgo y transformación digital. Doctora en Sociología y asesora de la Comisión Europea en competencias digitales, liderazgo y emprendimiento y directora del Programa en Dirección TIC & Innovación Digital de IE Business School. Es autora de los libros e-Renovarse o morir, Ingenio y Pasión e Ingenio, Sexo y Pasión (LID Editorial).

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