Angola tiene rollo

En un mundo que sigue mirando al Sur con cierta superioridad (Trump es la penúltima evidencia) resulta felizmente paradójico que África se haya convertido en el lugar que saquear en busca de tendencias. O, espere, quizás lo de saquear al continente negro… Mejor dejémoslo. A lo que vamos. En la tercera edición del Moritz Feed Dog (primer festival de cine documental dedicado exclusivamente a la moda) se presentó Bangaologia: The science of style, una película rodada entre Angola, Estados Unidos y Portugal que trata de esclarecer las razones por las cuales África se ha convertido en la influencia en materia estética. Prueba de ello es el número creciente de tendencias en ese continente.

“Con este documental”, cuenta Coréon Dú (Luanda, Angola, 1984), músico, diseñador y realizador, “descubrí la importancia de celebrar la individualidad personal, la cultura de cada uno y de no tener miedo de compartirlo con el mundo”. Porque eso es el banga, la esencia del estilo. Una mezcla desprejuiciada de todo fuera de cualquier contexto que no sea uno mismo y su identidad. Y eso es exactamente este documental: un desfile de estilazo, porte, baile, alegría, imaginación y talante. ¿La buena noticia? Es contagioso, afirman sus pintones protagonistas. Pero que nadie piense en esa ruidosa explosión de color con la que asociamos la estética africana: “El estilo africano no va de eso, es una combinación muy sutil de varios elementos. Lo interesante no es la ropa, sino la forma individual de vestir y la actitud”, advierte Dú.

Pero, ay, ¿es algo exclusivo de los africanos? ¿Moriré sin tener banga? “Tal vez en el imaginario africano nos sintamos más cómodos exprimiendo ciertos aspectos del estilo personal en la forma de hablar, vestir o crear, pero es algo que está en todos nosotros y en todas las culturas”, tranquiliza Dú. “A veces, el intento de homogeneizar el estilo es solo miedo a no agradar a los demás”. Así que relájese, abrace la bangaologia y no tema la combinación por muy excéntrica que pueda parecerle. Porque, como bien decía Quevedo, el qué dirán debería ser el menor de nuestros problemas: “Hase de advertir que las cosas de más valor en vosotros son la honra, la vida y la hacienda; y la honra está junto al culo de las mujeres, la vida en mano de los doctores y la hacienda en la pluma de los escribanos”.