Por qué protegen a Orbán
El Partido Popular juega la carta antieuropea arropando al presidente húngaro
Hay un evidente y positivo cambio de actitud en las instituciones europeas frente a la deriva antidemocrática del Gobierno de Viktor Orbán en Hungría. En un escenario marcado por el Brexit y el populismo antieuropeo, la Comisión Europea abrió a finales de abril un procedimiento de infracción a Budapest. Ahora, el Parlamento Europeo ha aprobado por amplia mayoría una resolución que urge a aplicar la “cláusula democrática” establecida en el artículo 7 del Tratado de la UE, que puede terminar privando a Hungría de su derecho al voto.
Para la Comisión Europea y para la mayoría de la Eurocámara, Viktor Orbán está poniendo en grave peligro los valores fundamentales de la UE, amenazando la libertad de expresión, la separación de poderes y los derechos de los refugiados. Su deriva inquieta en las capitales y sitúa en una posición muy incómoda a los conservadores de otros países del Este, como Polonia. A cambio, Orbán gana adeptos entre la ultraderecha, los populistas, Forza Italia y los euroescépticos británicos del UKIP.
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Incomprensiblemente, los populares españoles y alemanes se han unido a estos últimos, arropando a Orbán con el argumento de que la resolución aprobada va demasiado lejos y demasiado rápido. Por suerte, muchos eurodiputados del PPE (franceses, suecos, belgas e incluso polacos) han demostrado carecer de estómago para seguir apoyando a Orbán, lo que les ha llevado a romper la disciplina de su grupo y votar a favor de recurrir al artículo 7.
Soportar a Orbán en la institución que representa a los ciudadanos europeos ya es una afrenta grave a los valores de la Unión. Acogerlo dentro de un partido, el Popular Europeo, que se dice demócrata, alienta el deterioro de los valores de la UE y descacredita al PPE, el grupo parlamentario más numeroso de la Eurocámara. Urge que los populares europeos actúen de una vez y expulsen a Orbán de sus filas.