Maria Bethânia y las leyendas tropicales
CASI AL final del concierto, la voz grave de Maria Bethânia asume el himno de otra diva, Non, je ne regrette rien, el canto de vida de Edith Piaf. La cantautora brasileña celebró sus más de 50 años de carrera musical con la gira Abraçar e agradecer, cuyo directo se recoge ahora en un álbum con el mismo nombre editado por el sello Biscoito Fino/Discmedi. Aquella voz de tintes dramáticos, originaria de Santo Amaro (Bahía), irrumpe en los sesenta, en plena efervescencia de la bossa nova, un género demasiado ligero para su equipaje emocional. Ella se siente más cómoda con el movimiento tropicalista que abandera su propio hermano, Caetano Veloso, y acabará encontrando en autores tan diversos –y opuestos– como Chico Buarque y Roberto Carlos sus mejores palabras de amor en canciones que la artista convierte en pequeñas obras maestras. Medio siglo defendiendo con uñas y dientes su independencia musical respaldan la fuerza y reinado de Maria Bethânia. La voz de una leyenda embriagada por el perfume de Brasil.
Otra apuesta segura de la semana:
- La risa de lo trágico: Andrés Lima y Alfredo Sanzol recuperan la comedia de Shakespeare en La Abadía.
