9 fotosLas madres que transformaron el dolor en lucha colectivaLas Madres de Plaza de Mayo se encuentran cada jueves desde hace 40 años para exigir saber qué pasó con los 30.000 desaparecidos Buenos Aires - 01 may 2017 - 02:17CESTWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceLas Madres de Plaza de Mayo marchaban con sus cabezas descubiertas en las primeras rondas de los jueves. Pero en octubre de 1977 decidieron participar en una masiva peregrinación a Luján y acordaron usar los pañales de tela de sus hijos como pañuelos para así poder reconocerse más fácilmente unas a otras. Desde entonces, adoptaron los pañuelos blancos para sus posteriores apariciones públicas y los convirtieron en un símbolo universal de su lucha por la "memoria, verdad y justicia".Enrique García MedinaHebe de Bonafini, de 88 años, es la presidenta de Madres de Plaza de Mayo. La dictadura secuestró y desapareció en 1977 a sus hijos Jorge Omar y Raúl Alfredo. "Al principio teníamos mucho dolor y mucho sufrimiento, pero también muchas esperanzas de encontrarlos vivos", recuerda De Bonafini sobre los comienzos. La activista, alineada con el kirchnerismo, critica con dureza las políticas del presidente Mauricio Macri pero agradece el cariño que reciben a diario del pueblo argentino: "Nuestros hijos son ustedes".Enrique García MedinaEvel Petrini vio por última vez a su hijo Sergio el 17 de julio de 1977, cuando hombres armados se lo llevaron por la fuerza de su casa. 40 años después, se siente "madre de los 30.000" desaparecidos. "Nos sacamos el nombre del pañuelo y la foto, porque los 30.000 para nosotras son iguales", remarca. Petrini destaca que las Madres "demostraron al mundo" que sus hijos "eran revolucionarios que luchaban por un mundo mejor" y cree que su legado está asegurado porque "los pibes van a seguir luchando".Enrique García MedinaRosa Camarotti se sumó a las Madres cuando la dictadura se le llevó a su hijo Osvaldo Daniel y a su nuera, Rosa Mastrángelo. Recuerda que en los primeros años les daba fuerzas el acompañamiento que recibían del exterior: "Los que pudieron salir, los que pudieron irse, fueron haciendo conocido todo allá". Cuando la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) llegó a Buenos Aires en 1979 se formó una "cola de cuadras y cuadras" de familiares de desaparecidos para denunciar.Enrique García MedinaEl terror comenzó antes del golpe de Estado del 24 de marzo de 1976. Una de sus víctimas fue Ana Mrad, secuestrada y desaparecida el 21 de noviembre de 1975 en San Miguel de Tucumán (norte). En su búsqueda, Sara Mrad, su hermana mayor, se acercó a Madres de Plaza de Mayo y ya no se separó. Cree que el mayor logró ha sido sentir "el amor de la gente" y asegura que seguirán luchando hasta "cumplir el propósito de lograr un país más justo".Enrique García MedinaEn 1986, un grupo de Madres decidió escindirse por diferencias con Hebe de Bonafini y crearon Madres de Plaza de Mayo - Línea Fundadora. Ambas asociaciones celebran cada semana la ronda de los jueves, pero marchan por separado y celebran su acto en cada uno de los lados de la plaza. Las integrantes de Línea fundadora llevan encima la fotografía de sus hijos desaparecidos, mantienen su nombre en el pañuelo y respaldan la inhumación de restos y la reparación histórica monetaria concedida por el Gobierno.Enrique García MedinaNora Cortiñas es la voz más representativa de Madres de Plaza de Mayo - Línea Fundadora. Su hijo Carlos Gustavo se encuentra desaparecido desde el 15 de abril de 1977. A sus 87 años, afirma que lla plaza representa "el reencuentro" con otras madres y un aprendizaje colectivo para superar el dolor inicial y el miedo "a que si luchábamos mataran a nuestros hijos". En estos 40 años detalla que han tenido "disgustos muchos", como las leyes de obediencia debida y punto final, "y también muchas alegrías", como la reapertura de los juicios, la transformación de los centros clandestinos de detención en lugares de memoria y la recuperación -hasta el momento- de 122 de los bebés robados por la dictadura. En el tiempo que le queda de vida, su mayor deseo sería abrazar a los hijos. "No va a ser eso", admite, "pero sí queremos que se abran los archivos y que nos digan la verdad de cual fue su triste destino".Enrique García MedinaMirta Baravalle es una de las 14 madres que el 30 de abril de 1977 se reunieron por primera vez en la Plaza de Mayo. Además, pertenece también a Abuelas de Plaza de Mayo. Su yerno Julio César Galizzi y su hija Ana María Baravalle fueron secuestrados y desaparecidos el 27 de agosto de 1976. Ana María estaba embarazada de cinco meses, por lo que la activista mantiene viva la esperanza de recuperar a su nieto o nieta, nacido en un centro clandestino de detención. "En lo personal yo estoy igual que el primer día. Nunca supe nada de ellos. Sé que el bebé nació y por eso tengo la esperanza de decirle a mi nieto quiénes eran sus padres y cómo eran de chicos, de adolescentes... Pero ya habrá personas que si yo no estoy le contarán", asegura Baravalle a sus 92 años. "Estoy buscando a Camila o Ernesto", dice, en referencia a los nombres que los padres barajaban para el futuro bebé. "Le contaría que sus padres eran personas maravillosas y hermosas. Y soñadores, porque en medio de tanta barbarie ellos soñaban con cambiar el mundo y revertir las injusticias", recuerda. A pesar de su avanzada edad, Baravalle participa cada semana en las rondas de los jueves que, para ella, simbolizan "el encuentro con nuestros hijos". "La ronda, ese círculo, es la forma de estar acompañando a los 30.000 desaparecidos".Enrique García MedinaLas Madres de Plaza de Mayo marchan cada jueves arropadas por una multitud heterogénea. Hay activistas de derechos humanos, familias que llevan a sus hijos para que las conozcan y turistas llegados de todo el mundo que quieren fotografiarse con ellas. "Madres de la Plaza, el pueblo las abraza", puede escucharse en cualquiera de los actos que participan. Las Madres reiteran que sin el apoyo popular su lucha no hubiese sido posible y agradecen que las ayudaran a visibilizar las ausencias y transformarlas en presencia.Enrique García Medina