Los libros de Lorenzo Castillo
Apasionado de las grandes figuras del interiorismo, el decorador desvela algunas de sus lecturas de cabecera

Lorenzo Castillo (Madrid, 1968) es uno de los decoradores e interioristas españoles más reconocidos aquí ya nivel internacional. También es una apasionado de las lecturas que tienen que ver con su profesión. Él mismo nos selecciona cinco de sus libros de cabecera.
1. La figura de Georges Geffroy para mí es única. Georges Geffroy, 1905-1971. Une légende du grand décor français (Gourcuff Gradenigo). "A pesar de ser uno de los más grandes nombres del interiorismo del siglo XX apenas quedan imágenes y referencias a su trabajo por haber desaparecido a comienzos de los setenta. es la primera publicacion sobre él. Este volumen recoge no solo sus proyectos sino también su interesantisíma vida. Fue un miembro activo de la café society de los años treinta a los sesenta. Junto a Geffroy, también destacaría los libros dedicados a Robert Kime (Frances Lincoln Limited) y a Stephen Sills (Rizzoli)".
2. Guía para ser el anfitrión perfecto. Entertaining is fun! How to be a popular hostess (Rizzoli). “Dorothy Draper, icono de la decoración americana del siglo XX, escribió unos manuales prácticos para decorar, cocinar, recibir o arreglar flores. Su lenguaje de hace 60 años lo hace irrepetible”.

3. Obra de un genio de los interiores. François Catroux, de David Netto (Rizzoli). “Primera obra sobre este gigante de la decoración, creador de un nuevo lenguaje, padre de la modernidad y que conoció el esplendor en los setenta trabajando para Valentino o Givenchy”.
4. Versos galardonados con el Gil de Biedma. El silencio de los peces, de Jacobo Llano (Visor Libros). “Nunca he sido lector de poesía, pero tengo facilidad para el verso. Este año me he enganchado a este libro, una poesía muy narrativa, que no solo evoca o inspira. Cuenta mucho, casi a voz en grito”.
5. Vidas ejemplares e inspiradoras. Mañana quién sabe, de Lisa Lovatt-Smith (Turner). “La biografia de mi valiente amiga Lisa Lovatt-Smith, quien abandonó una vida de glamour como editora de Vogue para dedicarse a los niños enfermos de Ghana, es todo un ejemplo a seguir”.
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