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El viajero astuto
Por Isidoro Merino
BLOG EL VIAJERO ASTUTO

La triste historia de ‘Topsy’, la elefanta de circo electrocutada en Nueva York por Edison, el inventor de la bombilla (y de la silla eléctrica)

A los animales a veces se les cruzan los cables y matan a sus maltratadores. Aquí la mamá de ‘Dumbo’ terminó muy mal

Isidoro Merino
Getty Images

Entre los monumentos más raros de Nueva York se encuentra el Topsy Memorial del Museo de Coney Island. Se trata de un viejo mutoscopio, un aparato que permitía ver imágenes en movimiento, que solían ser eróticas, introduciendo unas monedas. El del Museo de Coney Island muestra la muerte por electrocución en 1903 de Topsy, una elefanta de circo que había matado a los dueños que la maltrataban. Los despachurró, literalmente. Fue condenada a morir en la silla eléctrica.

Fotomontaje realizado por Nikola Tesla de su laboratorio en Colorado Springs (EE UU) en la década de 1890.
Fotomontaje realizado por Nikola Tesla de su laboratorio en Colorado Springs (EE UU) en la década de 1890.

El encargado de la ejecución ―yo prefiero llamarlo verdugo― fue Thomas Alva Edison, el primero en patentar la bombilla de filamento, que también se encargó de filmar en blanco y negro la hazaña. Todo por un quítame allá esos vatios: Edison, que además de genio era un pelín codicioso, estaba que echaba chispas porque el sistema de transmisión de electricidad que él había patentado, la corriente continua, perdía terreno frente a la corriente alterna, inventada por el croata de origen serbio Nikola Tesla y mucho más eficiente a la hora de distribuirla por los hogares (de hecho, es el sistema que usamos actualmente). Para desprestigiar a su rival, Edison encargó a uno de sus empleados, un tal Harold P. Brown, investigar un sistema de ejecución mediante corriente alterna: la silla eléctrica, y logró convencer a las autoridades penitenciarias de que adoptasen el nuevo sistema, mucho más moderno que la horca, dónde va a parar. Todos los reos que han muerto en ella chisporroteaban de agradecimiento.

Antiguo anuncio de un espectáculo de circo.
Antiguo anuncio de un espectáculo de circo.

El circo de los horrores

Siguiendo con las metáforas eléctricas: a los elefantes, unos seres tan grandes como complejos, a veces se les cruzan los cables, sobre todo en situaciones de abuso o estrés. Además de Topsy, los casos históricos de elefantes locos son abundantes. En 1916, Big Mary, una elefanta asiática (Elephas maximus) de cinco toneladas del circo Sparks, mató rabiosa a Walter Eldridge, su entrenador, durante un espectáculo cómico en el que elefantes disfrazados de jugadores simulaban un partido de beisbol (¿no os recuerda el espectáculo de los payasos de Dumbo?); Mary, que era la bateadora del equipo, fue condenada a morir ahorcada colgada de una grúa. Alrededor de dos mil quinientas personas, muchas de ellas niños pequeños acudieron a ver la ejecución, en la que se vendieron chuches y refrescos. Chunee, otro elefante asiático que enloqueció por un dolor de muelas, mató en 1926 a varias personas durante un desfile por las calles del centro Londres. Para abatirlo fueron necesarios 152 disparos de mosquete.

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Sobre la firma

Isidoro Merino
Redactor del diario EL PAÍS especializado en viajes y turismo. Ha desarrollado casi toda su carrera en el suplemento El Viajero. Antes colaboró como fotógrafo y redactor en Tentaciones, Diario 16, Cambio 16 y diversas revistas de viaje. Autor del libro Mil maneras estúpidas de morir por culpa de un animal (Planeta) y del blog El viajero astuto.

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