_
_
_
_
_
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Ahora queda la verdad

ETA ahora certifica ahora su final, a plazos y tarde, muy tarde

José Luis Rodríguez Zapatero, expresidente dl Gobierno
José Luis Rodríguez Zapatero, expresidente dl GobiernoJULIÁN ROJAS

Los socialistas sabíamos bien lo que era la represión por nuestras ideas. La conoció en primera persona Ramón Rubial, y de él aprendimos, cuando tras la dictadura de Franco llegó el nuevo intento de dictadura de ETA, que no valía resignarse, que era nuestra obligación conquistar, por fin, la libertad para todos y todas. Y eso lo conseguimos en octubre de 2011. Con un Gobierno socialista en España. Con un Gobierno socialista en Euskadi.

Otros artículos de la autora

Hoy le queda a la organización terrorista tarea pendiente: convertirse en una banda desarmada, como paso previo a su disolución definitiva, y reconocer el gran error de su horror. Pero la libertad ya nos la habíamos ganado. Tuvimos la certeza absoluta aquel otoño, hace cinco años y medio, cuando, a pesar de querer disfrazar su derrota, ETA dejaba de matar. Lo supimos en esa primera noche que no temimos una llamada avisando de un nuevo atentado. Cuando amanecimos recuperando nuestra vida, por primera vez, sin miedo. Lo compartimos aquel sábado con lágrimas solidarias, lágrimas socialistas en Donostia del entonces lehendakari, Patxi López, y de Alfredo Pérez Rubalcaba, el ministro de Interior que había dejado advertido: o bombas o votos.

Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
Suscríbete aquí

Perdieron las bombas. Ganó la democracia y, como dijo el presidente José Luis Rodríguez Zapatero, el Estado de Derecho triunfaba como único modelo posible de convivencia. Presentes teníamos, y tenemos, a quienes habíamos perdido en el camino. ETA había dejado de matar porque nunca pudo vencer sobre la memoria de los 858 asesinados, a quienes aquel anuncio, como el de hoy, les llega tarde. Porque nunca pudo vencer a quienes resistimos, a quienes nos decidimos a hacer política usando los votos, aunque por ello nos quisieran aniquilar.

Ya hemos conseguido un país donde a nadie le maten por sus ideas. Nos queda legar un país donde todos sepan que aquí se mató por pensar diferente

ETA no pudo vencer a nuestros concejales, a nuestros militantes, quienes siempre dieron la cara aunque se la pudieran partir por defender hasta la muerte la firmeza socialista. No pudo vencer a aquel Gobierno vasco, el del cambio, expresamente amenazado y que se empeñó en no dejar resquicio a la justificación del terror. No pudo vencer la plena dedicación a la paz de Jesús Eguiguren.

ETA ahora certifica su final. A plazos. Tarde, muy tarde. Cuando en Euskadi hace tiempo se piensa como se quiere, sin sentir temor por ello. Como soñó Rubial, como nunca quisieron los terroristas. Ni una sola de las exigencias de ETA se ha cumplido. Éste ha sido el esfuerzo socialista. Ya hemos conseguido un país donde a nadie le maten por sus ideas. Nos queda legar un país donde todos sepan que aquí se mató por pensar diferente. Y queda pendiente que, como hacemos los demás, tanto ETA como la izquierda abertzale admitan que esa historia de terror fue tan injusta como inútil. Aún les queda eso. La verdad.

Idoia Mendia Cueva es Secretaria General del Partido Socialista de Euskadi-Euskadiko Ezkerra (PSE-EE)

 

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_