Por qué los malos tienen un cutis horrible
Un estudio repasa los problemas dermatológicos de los villanos, que pueden propiciar estigma social
Los malos y las malas, los villanos más peligrosos y las perversas más temibles, deberían pasar por el dermatólogo. Al menos, los de la ficción cinematográfica, porque tienen el cutis fatal. Así lo advierte un grupo de especialistas que han querido comparar a los buenos más importantes de la historia del cine con los malvados más famosos. Y no hay color: "Los villanos de películas clásicas muestran una incidencia más alta de problemas dermatológicos que los héroes", explican los autores de este trabajo.
"Los villanos de películas clásicas muestran una incidencia estadísticamente significativa más alta de problemas dermatológicos que los héroes"
Brujas y tiranos lucen cicatrices faciales múltiples, alopecia importante, arrugas marcadas y profundas, bolsas y ojeras oscurecidas, narices deformes, verrugas faciales, y color anormal de la piel o problemas de pigmentación. Todos estos rasgos se encuentran por doquier en la historia del cine, pero los especialistas los encontraron entre los villanos más importantes del cine estadounidense. En cambio, los héroes no sufrían ninguna de estas condiciones dermatológicas.
Seis de los diez principales malvados cinematográficos las sufrían, y en algunos casos coincidían varias en la misma cara. Las cicatrices, por ejemplo, son un recurso común para mostrar un pasado oscuro o turbulento de los malos. En el listado encontramos a Darth Vader y las profundas heridas de su rostro, que contrasta especialmente con el rostro casi infantil de su hijo Luke cuando el joven le quita la máscara. El reverso tenebroso de la fuerza se expresa así en el rostro del malvado galáctico. También cuenta con terribles marcas en su cara Regan McNeil, la niña endemoniada de El exorcista, que manifiesta su posesión con un rostro torturado.
Otros reconocidos malvados del cine con cicatrices son Scar de El rey león, el Tony Montana de Scarface y Caracráter en Grease, villanos tan identificados con sus marcas que hasta se convierten en su nombre. "Estas señales visuales evocan en la audiencia aprensión o miedo por lo desconocido y proporcionan un paralelismo perceptible con la corrupción interna del personaje malvado", escriben los dermatólogos en la revista médica JAMA Dermatology.
El Darth Vader desenmascarado personifica el uso de problemas dermatológicos faciales con el objetivo de proyectar maldad
Entre los principales malvados del cine, también destacan las verrugas de la Bruja Mala del Oeste de El mago de Oz, la alopecia de Mr. Potter en Qué bello es vivir y de Hannibal Lecter en El silencio de los corderos, o la rinofima (deformación de la nariz) de la reina mala de Blancanieves y los siete enanitos. Entre los diez héroes más importantes, según el American Film Institute, solo dos personajes cuentan con una cicatriz: Indiana Jones y Rick Blaine (Casablanca), pero mucho menores que las de los malvados y, sobre todo, no formaban parte de la construcción artificial del personaje por medio del maquillaje, sino que pertenecen a las caras de los actores que los interpretan, Harrison Ford y Humphrey Bogart, respectivamente.
"Las condiciones dermatológicas se utilizan en las películas para dilucidar la dicotomía entre el bien y el mal a través de la representación visual", describen los autores del trabajo. En ese sentido, el Darth Vader desenmascarado por su hijo personifica para estos expertos el uso de problemas dermatológicos faciales con el objetivo de proyectar maldad. Con su calvicie total, la piel gris poco natural, la hiperpigmentación alrededor de los ojos, las cicatrices y arrugas profundas, Vader expresa el mal que carcomía su espíritu. Los cineastas de Star Wars usaron este recurso en otro personaje, Darth Sidious, que también tiene piel pálida, hiperpigmentación y arrugas.
Los problemas con el color de la piel son un recurso habitual en el cine y es un asunto que ha motivado críticas. El albino malvado aparece como estereotipo en 68 películas entre 1960 y 2006, como resaltan en el estudio, en personajes como Silas en El código Da Vinci, Albino en La princesa prometida y Bosie en Cold Mountain. Esta circunstancia ha motivado las quejas de colectivos de albinos que reclaman que se deje de estigmatizar desde el cine esta condición que ya cuenta con demasiado rechazo social. Y esto lleva a la principal conclusión del estudio: la tendencia de Hollywood a mostrar enfermedades de la piel en un contexto de maldad, porque las implicaciones se extienden más allá de las salas de cine. "Señalar injustamente a las minorías dermatológicas puede contribuir a una tendencia hacia el prejuicio en nuestra cultura y a propiciar malentendidos entre el público en general", advierten.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.