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Retrato del mundo a la hora del recreo

Los niños juegan en el patio del Shohei Elementary School (Tokio), construido en el techo para aprovechar el espacio.
Los niños juegan en el patio del Shohei Elementary School (Tokio), construido en el techo para aprovechar el espacio.James Mollison

LA FOTOGRAFÍA crea territorios de la memoria. Por eso James Mollison ideó el proyecto Playground retrocediendo a su pasado de colegial, cuando la excitación por salir al recreo era en color. Para él, el patio fue “espacio de juegos, risas, lágrimas, burlas, diversión, temor”. Si en su anterior Where Children Sleep trabajó con críos que, desde sus habitaciones, revelaban su intimidad y esta servía para explicar una realidad de diferencias sociales, en este caso compara estados de ánimo en patios de colegio. A ellos dedica un variado recorrido por la infancia y la adolescencia, épocas cuya cronología, más que de rectas, se hace de brincos y de curvas. Buscando contrastes, intenta averiguar qué pasa en ese momento de libertad efímera y capta escenas que hablan de amistad, conciencia, agitación.

Igual que la memoria encuentra emociones perdidas, el niño aprovecha cualquier superficie y sale al recreo, indiferente incluso al uniforme. En Tokio sobra espacio y todos corren a la captura de ese “puro acontecer” del que hablaba Rilke. Lo contrario ocurre en Nairobi, donde, pese a todo, ningún atropellamiento impide el juego. La foto grafía como espejo de la sociedad. En Kårvåg reina la independencia, en Tel Aviv no tanto; y es que hay momentos que son más felices cuando se piensan. Así, en Brookline existe una alegría que se da y se recibe, y otra que no se comparte; y quizás ese niño que se tumba en el suelo explique el poder de la fotografía como metáfora.

Muchos de los alumnos del monasterio budista Dechen Phodrang de Timbú (Bután) son enviados por sus familias allí porque no pueden garantizarles un plato de comida.pulsa en la fotoMuchos de los alumnos del monasterio budista Dechen Phodrang de Timbú (Bután) son enviados por sus familias allí porque no pueden garantizarles un plato de comida.

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