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El ADN del marido de la ‘duquesa roja’, a examen para dilucidar si es padre de Rosario Bermudo

El cuerpo de Leoncio González de Gregorio y Martí se exhuma en Soria por orden judicial

Ángeles Lucas
Exteriores del cementerio del localidad soriana de Quintana Redonda.
Exteriores del cementerio del localidad soriana de Quintana Redonda. Cedida por F.O.

Un juez forense, una médico forense, una secretaria, auxiliares, un bombero, el sepulturero, los ayudantes y cuatro abogados. Este séquito de profesionales ha procedido a las 10.30 de este frío jueves soriano a adentrarse bajo una cripta del cementerio de Quintana Redonda para exhumar el cadáver de José Leoncio González de Gregorio y Martí, el que fuera marido Luisa Isabel Álvarez de Toledo Maura, conocida como duquesa roja, para obtener unas pruebas de sus restos óseos. El ADN dilucidará si el aristócrata es padre de Rosario Bermudo, una sexagenaria sevillana que reclama saber si es su hija.

"Creemos que va a dar positivo porque ya hicimos una prueba anterior (no vinculante) con uno de los hijos reconocidos. Pero este trámite nos va a notificar que efectivamente tienen una relación filial con todas las garantías", ha declarado el abogado de Bermudo, Fernando Osuna, tras salir del proceso en la localidad soriana. "Si sale positivo, obtendrá su condición de hija y podrá iniciarse otro juicio diferente para reclamar la herencia que le corresponde por filiación", apunta Osuna, que estima que el legado podría alcanzar los dos millones de euros. "Aunque es muy difícil de cuantificar", matiza.

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En unos 20 días, tras más de 60 años de incertidumbre, Rosario Bermudo podrá conocer con total certeza si efectivamente el hombre al que supuestamente sirvió su madre en Badajoz en la década de los sesenta y con el que tuvo un romance es su padre biológico. "Estamos muy nerviosos, sobre todo mi madre. Tiene hasta dolor de cabeza, está muy inquieta", dice la hija de Bermudo. "No te lo crees demasiado, no pensamos que se iba a llegar a esto", apunta la que sería la nieta del aristócrata en referencia a la exhumación.

"Exhumar a un padre no es un momento agradable. Sobre todo porque ya estaba la prueba de ADN de mi hermano, que se tomó sin autorización después de tirar una botella a la basura tras dar una clase en la universidad. Lo que tendrían es que haber dado esa por válida. Lo que se está haciendo ahora es blanquearla", dice Gabriel González de Gregorio, hijo menor del matrimonio aristocrático, que asegura que él se ofreció antes de que comenzara el juicio a mediar "pacíficamente" a resolver la cuestión. "Incluso con nuestros ADN", apunta González de Gregorio, que rebaja, además, el valor de la herencia de su padre. "En cualquier caso, ella no figura nombrada en el legado", señala.

Durante la exhumación han estado presentes los abogados de dos hijos del matrimonio, según asegura Osuna, que cuenta que todo el proceso, que ha durado más de una hora y media, se ha realizado "con normalidad". "No ha habido ninguna incidencia. Todos hemos firmado el acta sin mayor complicación", detalla. 

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Sobre la firma

Ángeles Lucas
Es editora de Sociedad. Antes en Portada, Internacional, Planeta Futuro y Andalucía. Ha escrito reportajes sobre medio ambiente y derechos humanos desde más de 10 países y colaboró tres años con BBC Mundo. Realizó la exposición fotográfica ‘La tierra es un solo país’. Másteres de EL PAÍS, y de Antropología de la Universidad de Sevilla.

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