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Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

La Gran Vía

Con las iniciativas de Podemos cabe preguntarse: democracia directa, ¿para qué?

Antonio Elorza
Pablo Iglesias, líder de Podemos.
Pablo Iglesias, líder de Podemos.BERNARDO PÉREZ

La dinámica política de Podemos parece moverse en una doble dirección. De un lado, después de Vistalegre Dos, la definición de un espacio de malgobierno, cuyo emblema sería el Congreso de los Diputados, donde el papel de los representantes de Pablo Iglesias consistiría en denunciar una y otra vez los perjuicios o las insuficiencias de la acción política del PP, saltando siempre por encima del PSOE. Así resultará claro que ejercen el monopolio de la oposición y que la socialdemocracia no es sino un componente subalterno de la Triple Alianza. No importa que de este modo se pierda la ocasión de maximizar las probabilidades de rectificación y/o anulación de las políticas gubernamentales. Si no hay otro recurso, entramos en el espacio de la provocación, tan arraigado desde sus orígenes en Podemos y al que los diputados del PP se prestan con entusiasmo. Lo importante es ocupar la imagen pública y, mediante el desprestigio de la institución representativa, reivindicar las formas de participación popular, de democracia directa, inscritas en el DNI de la formación.

Éstas son también las bazas que a escala municipal utiliza la constelación Podemos para exhibir la ejemplaridad de su buengobierno. Ahí están las consultas en curso de votación en Madrid. El principio es irreprochable: servirse del referéndum para que importantes decisiones en la gestión de la capital sean acordadas mediante el voto de los ciudadanos. Solo que como en el caso de Podemos-partido, semejante democracia directa requiere las dos precondiciones de información y debate previos. De otro modo, aun encubierta, predomina la vocación tutelar. Así unas preguntas son generales y sirven solo de legitimación a quien las formula: ¿quién rechaza las ventajas del billete intermodal que ya existe en tantas otras ciudades?, ¿quién va a poner en cuestión la prioridad del transporte público sobre el privado?

En otros referendos imperan el déficit informativo, la ausencia de debate y la pura y simple manipulación. Tres de las propuestas sobre la Gran Vía madrileña son enunciadas sin más como “mejoras”. Si usted lo dice. A la luz de las pasadas navidades, ¿no sería más razonable empezar ahí con la supresión del transporte privado? ¿Tiene que ser la ciudad solo un espacio para paseantes? Silencio para las críticas. Y, en cuanto a la Plaza de España, los dos proyectos son presentados con una sucesión de fotos risueñas, como anuncios de inmobiliarias. El de la Cornisa deja ver por lo menos el diseño de un espacio único desde Oriente a Debod. El otro, titulado en inglés, suma imágenes y un maravilloso concierto de rock completa el supuesto triunfo de la mother nature. Cabe preguntar entonces: democracia directa, ¿para qué?

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