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El acento
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

La era Trump: la democracia muere en la oscuridad

Nada está a salvo con el nuevo presidente. La Casa Blanca se le queda pequeña. Las reglas del juego le irritan. Y el mismo planeta no le gusta

Jan Martínez Ahrens
Donald Trump, presdidente de Estados Unidos
Donald Trump, presdidente de Estados UnidosREUTERS
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The Trump era: democracy dies in darkness

En tiempos de Trump todo cambia. El presidente de Estados Unidos ha roto tradiciones hasta ahora intocables. Adicto a Twitter, un día puede despertarse de mal humor y llamar incompetentes a los mandos del FBI, al otro acusar de deslealtad a sus servicios de inteligencia y poco después considerar “enemigos del pueblo”, un término muy del gusto de Stalin, a los medios de comunicación que no le son propicios.

Nada está a salvo con el nuevo presidente. La Casa Blanca se le queda pequeña. Las reglas del juego le irritan. Y el mismo planeta no le gusta. “Las cosas están muy mal ahí fuera” suele decir. Hay quien ha especulado que a la vista de tanto problema el multimillonario puede acabar deprimido. Pero su reacción ha sido muy distinta. De la mano de su estratega jefe, el tenebroso Steve Bannon, ha empezado la “deconstrucción del sistema” y ha anunciado que quiere reabrir la carrera nuclear.

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Es en momentos así cuando la historia sale en busca de explicaciones. Frases, lemas, ideas que sean capaces de atrapar el espíritu del tiempo y, al menos, dominarlo sintácticamente. Muchas se han acuñado en estas últimas semanas en la capital del imperio. Pero una es la que ha arrasado. Democracy Dies in Darkness (La democracia muere en la oscuridad) reza la frase. Cuatro palabras que The Washington Post ha puesto como lema bajo su cabecera. La primera vez que lo hace en 140 años.

Los responsables del medio que destapó el caso Watergate y que ahora lidera con sus exclusivas el pulso contra Trump han insistido en que la leyenda no es una reacción cutánea a los ataques que les ha dirigido el presidente en las últimas semanas. Por el contrario, han recordado que se trata de un fruto maduro, una apuesta editorial largamente meditada y que se tomó después de rechazar 500 alternativas.

La idea surgió hace más de un año, cuando la cúpula del Post decidió apostar por un lema “disruptivo e incómodo” que les definiese ante los lectores. En la búsqueda participó activamente el millonario digital y actual dueño, Jeffrey P. Bezos. Fue él quien propuso la frase después de habérsela oído a Bob Woodward en una conferencia sobre la opacidad en la era Nixon. No eran unas palabras nuevas. El maestro de periodistas la lleva utilizando décadas, desde que la leyó, en una versión prácticamente idéntica, en un fallo del legendario juez de circuito Damon J. Keith, el mismo que ordenó hacer públicas las grabaciones que acabaron con Nixon.

Esa es la arqueología de la frase. Y quizá encierre su sentido más profundo. Pero pocos le han prestado atención. Desde su publicación, el lema ha cobrado vida por sí mismo. Viral y polémico, más que muchas noticias, ha sido visto como un signo de los tiempos. Un resumen de la amenaza que se cierne sobre Estados Unidos. Cuatro palabras grabadas en lo más alto del mástil y dispuestas a entrar en combate.

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Sobre la firma

Jan Martínez Ahrens
Director de EL PAÍS-América. Fue director adjunto en Madrid y corresponsal jefe en EE UU y México. En 2017, el Club de Prensa Internacional le dio el premio al mejor corresponsal. Participó en Wikileaks, Los papeles de Guantánamo y Chinaleaks. Ldo. en Filosofía, máster en Periodismo y PDD por el IESE, fue alumno de García Márquez en FNPI.

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