_
_
_
_
Porque lo digo yo
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

M de hombre

He tomado la decisión de no viajar a su país, un lugar donde un letrero con una M en la puerta del baño no significa mujer, sino hombre.

MARK RALSTON (AFP)
Xavi Sancho

La derogación por parte del presidente de EE UU de la ley que permitía a los transexuales elegir baño confirma finalmente que lo único bueno de la política del siglo XXI se ha ido al garete. Hasta hoy, vivíamos unos tiempos en los que los gobiernos no podían tomar decisiones económicamente relevantes porque ese negociado ya no la manejaban ellos. Entonces, para disimular y hacernos creer que aún tenían cierta capacidad para influir en nuestras vidas, tomaban decisiones socialmente avanzadas, incluso cuando no creían en ellas. Trump ha roto con eso.

Pero no me voy a quedar en el análisis de lo general, porque soy de aquellas personas tan estúpidas que creen que de su particular deben los demás tomar conclusiones sobre lo universal. La decisión de Trump me cabrea porque odio los lavabos con letreros creativos. Jamás sé si debo entrar en el de la paloma o el del gorrión. En el que hay dibujado un sombrero o en el que se ve un paraguas. Recuerdo especialmente los dibujos que había en las puertas de los baños del Bar Raval, en Barcelona. Eran como africanos y, claro, se suponía que uno representaba a un hombre y el otro a una mujer. Jamás supe distinguirlos, por lo que una vez iba al de la izquierda y la siguiente al de la derecha. No soy transexual, soy agnóstico. Así, la iniciativa de Trump -como todas, destinada a que en EE UU solo deambulen por sus calles humanos que podrían ser parte del elenco de Fargo- me ha hecho tomar definitivamente la decisión de no viajar a su país, un lugar donde un letrero con una M en la puerta del baño no significa mujer, sino hombre.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Xavi Sancho
Forma parte del equipo de El País Semanal. Antes fue redactor jefe de Icon. Cursó Ciencias de la Información en la Universitat Autónoma de Barcelona.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_