_
_
_
_
_
CLAVES
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Tumbao

Los países más reformistas son aquellos donde los individuos confían en que sus conciudadanos, y en particular sus gobernantes, no les engañarán

Víctor Lapuente
Varios representantes de los estibadores del puerto de Algeciras el pasado jueves en el Parlamento de Andalucía.
Varios representantes de los estibadores del puerto de Algeciras el pasado jueves en el Parlamento de Andalucía. Paco Puentes

Los estibadores llenan la sala, que permanece en una cuidada penumbra. Frente a ellos, un joven, con traje y sonrisa de escuela de negocios, se pasea con el tumbao que tienen los ganadores de la globalización al caminar. “El futuro es hoy”, dice con seguridad. Y les pone un vídeo del puerto más moderno del mundo: Róterdam, donde máquinas inteligentes mueven los contenedores con más rapidez que un niño las piezas de Lego. Pronto, ese será su puerto. Su futuro. Pero los líderes sindicales recelan.

La escena no transcurre en Vigo o Algeciras, sino en el Baltimore de la serie de televisión The Wire. Sin embargo, la desconfianza en los rostros de los estibadores que capta la cámara es una cara universal de nuestros tiempos: el miedo a los cambios disruptivos en el trabajo.

Como casi siempre, el arte va por delante de la ciencia. A los economistas les cuesta entender los sentimientos. ¿Por qué la gente se opone a innovaciones que, a medio plazo, nos beneficiarán a todos? Pero algunos lo intentan, como Niclas Berggren y Christian Bjørnskov, quienes en un trabajo reciente investigan por qué unos países liberalizan sus economías más que otros.

Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
Suscríbete aquí

La respuesta no es la ideología. De Holanda a Nueva Zelanda, Gobiernos de izquierdas impulsaron en el pasado reformas liberalizadoras. Y, de Grecia, en su momento, a los EE UU de Trump, Gobiernos de derechas se han opuesto a las mismas.

La clave está en la confianza social. Los países más reformistas son aquellos donde los individuos confían en que sus conciudadanos, y en particular sus gobernantes, no les engañarán. Si creen en sus representantes, los ciudadanos aceptarán los inevitables costes de transición a una economía más competitiva. Si desconfían, las reformas serán difíciles. Cualquier partido, o poder público, intentará capitalizar el descontento y bloqueará los cambios.

Eso es preocupante. Con la confianza en nuestros representantes por los suelos, nos esperan en España muchos conflictos como el de los estibadores. Si no reparamos con urgencia la crisis de confianza en las instituciones, de nada servirán los datos y proyecciones de un futuro mejor. Por mucho tumbao que tengan. @VictorLapuente

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_