Los hombres también desfilan
Desfiles alternativos, colecciones experimentales y eventos al margen de la programación oficial llenan de moda masculina la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid, que comienza hoy
Aunque en la pasarela madrileña Mercedes-Benz Fashion Week Madrid el hombre siempre ha sido bien recibido, pero secundario, los dos desfiles otoño-invierno 2017 que hoy dan la salida a la cita tienen ropa de hombre. A las 20:30, justo a la hora en que está prevista la conclusión del desfile mixto de Roberto Verino en la Casa de Correos, y a escasos metros de distancia, la firma madrileña Nouman presentará su colección masculina Culture is Over. Su puesta en escena cede el protagonismo a un antiguo almacén de mercería rehabilitado y reabierto para la ocasión. “En la planta de arriba de este edificio era donde las modistas confeccionaban ropa a medida para las clientas, y nos pareció interesante reabrirlo con un desfile, un homenaje a su antigua actividad”, explican sus creadores, Eugenio Fernández y Víctor Nouman, entre bambalinas. “En esta colección queremos hablar en tono irónico de la muerte de la cultura como tal y del fin de los museos, que son lugares que congelan el arte. Queríamos cuestionar la idea de la cultura como algo… incuestionable”, explican. Altas expectativas, pero ropa terrenal: su colección habla del fin de las subculturas mediante la recreación, fragmentación y rediseño de piezas cotidianas. Hay chaquetas rotas y recompuestas, tejidos técnicos, cortes holgados y patrones reciclados. “Somos arquitectos y esto empezó como un juego. Esta colección es la más definida. Hemos pensado en lo que se pondría la gente de nuestro alrededor”.
Igualmente irreverente promete ser el desfile, el viernes por la noche, de 44 Studio, una firma acostumbrada a replantear los códigos milénicos en clave andrógina y subcultural. Su nueva colección se llama Fade To Grey y, por tanto, evoca la figura de Steve Strange, aquel legendario solista que ejercía el derecho de admisión en el igualmente legendario Blitz Club londinense: el templo del movimiento neorromántico de principios de los ochenta. El sábado será el turno, en el calendario oficial, de Ana Locking, que desde sus inicios en Locking Shocking reserva un porcentaje de sus desfiles a la moda masculina. Y por la noche, el Club Matador abrirá sus puertas al hombre del momento: Palomo Spain, el diseñador cordobés que acaba de cosechar adhesiones entusiastas en Nueva York con Objeto Sexual, una colección basada en un diálogo sin complejos con la ropa femenina, y en ocasiones en la rendición total. Sus juegos de transparencias, escotes y pedrería, a medio camino entre la alta costura y la euforia de mercería, coinciden además en el tiempo con la comercialización online de su primera colección propia, puesta a la venta esta misma semana.
El diseñador Manuel García, fundador de García Madrid, no quiere ni oír hablar de moda espectáculo. La colección que presentará el lunes 20 en una sala de fiestas madrileña promete ser tan introspectiva y serena como la música de Erik Satie que le sirve de inspiración. Asegura el diseñador jienense que, cansado de la sobreestimulación visual que rodea a la industria de la moda, ha concebido una colección concentrada y realista que rinda homenaje a su mayor activo: los clientes que desde hace una década frecuentan sus tres tiendas madrileñas (y su sucursal de Santiago de Chile) en busca de sastrería de autor con intención creativa y pequeñas concesiones a la experimentación. Su razonamiento no carece de sentido. En una industria de la moda que se debate entre salir de after o madrugar para poner al día sus libros de cuentas, las firmas masculinas disfrutan de un salvoconducto para pasar de la trasgresión a la ortodoxia sin que una opción sea menos respetable que la otra. La expectación que despiertan todos estos desfiles es una buena muestra de ello.
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