“El lector nace o se hace, pero hay que evitar el mensaje de que es preciso leer”
El Salón del Libro Infantil y Juvenil, que estará abierto hasta el 8 enero en Madrid, quiere acercar la literatura a los más jóvenes
Sara Moreno, presidenta del Consejo General del Libro Infantil y Juvenil, ha establecido durante estas fiestas navideñas su cuartel general en el Centro Cultural Conde Duque. El edificio, de estilo barroco y construido en 1717, acoge hasta el próximo 8 de enero el Salón del Libro Infantil y Juvenil. Un espacio que este año celebra su 40 aniversario y quiere acercar la literatura a los más jóvenes con el firme convencimiento de que la lectura nos hace mejores personas y, sobre todo, más libres.
Para esta ocasión, el personaje elegido como embajador del Salón ha sido la figura de Teo, una creación de Violeta Denou, pseudónimo con el que firman sus obras de ilustración las autoras Asunción Esteban, Carlota Goyta y Ana Vidal, que este año también cumple 40 años.
Es bajo la atenta mirada de un enorme Teo de cartón donde Sara Moreno analiza el papel que desarrolla el Salón durante estos días para llevar la buena literatura y los buenos libros a todos los lectores que se aproximen a disfrutar de este magnífico escaparate. Chicos y grandes, lectores y no lectores, público de cero a cien años, encontrarán su espacio, un espacio gratuito, cálido y atrayente que les sugerirá miles de posibilidades, desde una receta de cocina hasta la forma de tratar las flores, desde un texto poético hasta uno terrorífico, sin olvidar que “el teatro también se lee” y que “los libros de ciencia también animan a leer”.
Pregunta: ¿Cuáles son los orígenes del Salón de Libro Infantil y Juvenil?
Respuesta: Aunque oficialmente llevamos 40 años celebrando el Salón del Libro Infantil y Juvenil de Madrid, los estudios de Carolina Toral, de Carmen Bravo-Villasante o de Jaime García Padrino, muestran que se realizó mucho antes, en 1935. Ese año tuvo lugar la I Exposición del Libro Infantil en el salón de actos del madrileño Círculo de Bellas Artes. Un acto que fue organizado por la Cámara Oficial del Libro y que presidió don Niceto Alcalá-Zamora, presidente de la República. Si, entonces, un presidente de República apoyó con su presencia la primera edición, ahora el Salón de Madrid tiene a gala contar con el apoyo de Su Majestad la Reina Letizia.
La creación del Salón del Libro Infantil y Juvenil tuvo como objetivo dar a conocer a la sociedad un mercado que era ajeno a muchas personas, dado que el número de librerías era escaso. Tampoco había muchos libros infantiles. En su evolución, la exposición ha ido incorporando actividades, integrando a los ilustradores como parte importante en la elaboración de los libros con exposiciones. También hemos incluido una librería porque este sector es una parte importante en la difusión de los libros y porque al ser en Madrid, tenemos la suerte de que hay muchas librerías infantiles especializadas. Además, desarrollamos un gran número de actividades, todas ellas gratuitas.
P: ¿Cuál es el perfil de la población que se acerca al Salón?
R: Los libros de los que dispone el Salón se dirigen a lectores de edades comprendidas entre 0 y 16 años. No obstante, el público objetivo puede no llegar hasta esa edad, dado que la adolescencia es cada vez más prematura. Es complicado “engancharles”. A veces, hemos contado con la presencia de autores como Laura Gallego, Jordi Sierra i Fabra, César Mallorquí o Javier Roscas. Solo cuando hay algún autor que escribe para público joven y podemos traer y hacer difusión de su presencia en el Salón, asisten los jóvenes. Pero, lo normal, es que se acerquen al Salón, animados por sus profesores o de incógnito porque, aunque nos pese, no está bien visto el tema de la lectura. Generalmente, la visita la hacen de manera individual y solo a aquellos actos de su interés, no por analizar los nuevos títulos que salen al mercado, etc.
En estos cuarenta años, observamos la presencia de un lector joven más informado, que utiliza de manera habitual las redes sociales y los foros, una circunstancia que favorece que lean únicamente lo que escriben ellos mismos. Aunque soy optimista, me da miedo lo que leen, ya que son contenidos que ellos mismos elaboran y no todo es bueno, puesto que carecen de bagaje cultural.
P: ¿Compite el libro actual con las nuevas tecnologías?
R: Este año celebramos el IV Centenario de la muerte de Cervantes. En aquella época la construcción de molinos de viento hacía presagiar el fin de nuestros molinos de agua. Los tiempos van cambiando y hay que adecuarse a ellos. Lo importante es que se lea; que la lectura elegida sea de calidad para que se desarrolle un espíritu crítico. Da igual que sea a través de un ordenador, el móvil, un ebook o una tablet. Personalmente, me gustan los libros, me he educado entre ellos. Un libro es especial. Además, cuando somos pequeños la lectura se fomenta a partir de los álbumes, libros cargados de ilustraciones, que actualmente no se encuentran disponibles en los ebooks ni en tablets.
P: ¿Qué te llama la atención del día a día en el Salón?
R: Ver como los padres y sus hijos se tienden en el suelo leyendo libros, un sábado en el que hay muchísima gente y alguien está abstraído como si se hubiera metido en una burbuja. El que los niños puedan tocar los libros, cogerlos y dejarlos en la estantería; es algo mágico para ellos. Este, es uno de los factores que influye en que el Salón haya continuado durante tantos años.
El Salón incentiva la lectura a modo de juego pero también de libertad. En la escuela, los libros hay que cuidarlos, leerlos en un momento determinado. Si vas a una librería cuidado con el uso que haces de él; en la biblioteca, hay que devolverlo, no se pueden desordenar, etc. Aquí no existen esas barreras; lo que nos interesa es que los manejen, porque nos hacemos lectores cuando encontramos el libro que nos infecta con un virus.
P: ¿El lector nace o se hace?
R: Algunos nacen y otros se hacen, pero hay que quitarse de la cabeza que es obligatorio que todo el mundo lea. No a todo el mundo le gusta el fútbol, ni la televisión, el cine o ir a pescar. Hay gustos y hay aficiones. Es difícil que si alguien ha aprendido a leer, ha tenido buenos mediadores y ha disfrutado de buenos libros entre sus manos, no se enganche en un momento dado a la lectura. Los libros sirven en ocasiones a modo de terapia. Si estás aburrido y encuentras ese libro que te ayuda, va a caminar contigo. Si has nacido lector, has nacido infectado.
P: Si los padres leen, ¿los hijos leen?
R: No, pero es cierto que si los padres no lo hacen, desde luego es más difícil lograr que sus hijos lo hagan. Porque no van a mostrar interés a la hora de comprar un libro. Porque van a calcular cuántas páginas tienen y, si tienen pocas, se las van a leer muy rápido. Como Salón, queremos dar la oportunidad a los niños y jóvenes de que descubran los libros. A los niños hay que arroparles, tanto en la escuela como en la biblioteca, como en la librería para ampliarles poco a poco el espectro. Para que conforme se vaya haciendo mayor, pueda elegir y ser crítico. El vehículo que va a hacer que los niños se sientan atrapados por la lectura es su entorno.
P: ¿Es necesario una mayor implicación de la Administración en el fomento de la lectura?
R: Sí. Dicen que estamos en tiempos de crisis, pero solo se recortan en algunas cosas. Este Salón cuesta mucho ponerle en funcionamiento. El Ministerio nos da una parte importante de ayudas a través de las subvenciones, pero estas solo cubren el 80%. El otro 20% nos cuesta conseguirlo, si queremos que todas las actividades sean gratuitas. Hablamos de un Salón que es familiar. El Ayuntamiento de Madrid, que participa con nosotros, debería implicarse más y poner carteles por las calles y otro tipo de acciones para lograr una mayor difusión visual.
P: Este año el personaje elegido para el 40 aniversario del Salón ha sido Teo. ¿Por qué?
R: Porque Teo es un personaje vivo. Ahora mismo, en la escuela, en edades a partir de tres años, los niños juegan con él si se lo enseñan sus adultos. Los dibujos tienen poco texto y muchos detalles en las ilustraciones que favorecen que se cree un diálogo constante con el niño.
P: ¿Qué títulos se recogen en el catálogo del Salón que podrían convertirse en el próximo regalo de Navidad?
R: Lo importante es que los niños y jóvenes vengan y busquen entre nuestras estanterías los títulos que más se aproximen a sus gustos. Hay autores infalibles como Jordi Sierra i Fabra o Alfredo Gómez Cerdá, que es nuestro candidato para el Premio Andersen, o Carles Cano, Premio Lazarillo. También hay gente joven muy buena, con formas nuevas de escribir, con nuevas apuestas. Se están haciendo cosas muy interesantes.
P: ¿Cuáles son las temáticas preferidas por los más jóvenes?
R: Los jóvenes buscan historias reales con las que identificarse: el divorcio de sus padres, la identidad sexual, anorexia, etc. Y aunque las historias de fantasía son una de sus temáticas favoritas, necesitan personajes muy delimitados y muy cercanos.
P: ¿Qué desarrolla la lectura en las personas que se acercan a ella?
R: La lectura nos hace mejores personas. Leer problemas, situaciones, vivir aventuras, te sitúa en el mundo con los pies en la Tierra y, a la vez, te abre el mundo de la fantasía.
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