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Nochebuena: este año con mis padres, el que viene con los tuyos

Decidir con quien pasar la cena más familiar del año puede crear conflicto en la pareja

Cenas navideñas.
Cenas navideñas. Cordon Press

Las navidades no son iguales para todos. Para buena parte de la población es motivo de alegría y buenos sentimientos. Es la excusa perfecta para reunirse con la familia y pasar unos días muy agradables y divertidos. Sin embargo, hay otra buena parte de la población para la que estas fechas son, simplemente, una tortura; bien porque faltan muchos seres queridos o bien porque tiene que ir a casa de familiares con los que no se llevan demasiado bien. Estos parientes pueden ser de sangre o de la familia política. Cuando es este último caso, las rencillas son todavía mayores puesto que se percibe como una obligación que no se debería tener en caso de no haberse casado con esa persona.

Hay familias que lo resuelven separándose y yendo cada uno a casa de su familia de sangre. Otros cortan por lo sano y resuelven pasándolo solos en casa y así evitan a los suegros, cuñados, tíos, etc. El caso es que muchos encuentran estos días como un trámite por el que no queda más remedio que pasar con el consiguiente mal trago.

¿Qué hacer para superarlo?

Ignacio Tornel es mediador familiar y con respecto a este tema cree que “cuando te acercas a casa de la familia política y sientes dentro de ti el rugido de la marabunta... el mejor antídoto es sencillamente pensar en tu pareja”. Para Tornel hacer esto significa “pensar en el buen rato que le vas a hacer pasar estando tú sonriente con buena cara y hablando con todo el mundo". "Ya está, es un rato o son unos días, pero luego pasa y tu vida continúa y tu vida es otra, al menos en el corto plazo", agrega el experto.

¿Y qué sucede si es en el largo plazo? Tornel considera que, entonces, “habría que sentarse y ver lo que ha pasado y si tiene algún tipo de solución". "Siempre", continúa, hay que actuar pensando en el otro, es decir, probablemente, tú puedes vivir enemistado a perpetuidad con tu suegra o con tu cuñado, pero eso va a generar dolor a tu pareja y por eso quizás te animes a tratar de resolverlo”, sostiene Tornel.

Pilar Arroyo, psicóloga de Crecer con emoción, sin embargo, cree que es más importante hablarlo: “En este tipo de conflictos, lo más importante es la comunicación en la pareja ya que hay múltiples opciones que se pueden llevar a cabo a la hora de decidir”. "Lo importante", añade, "es que generen el menor desacuerdo posible y en el mejor de los casos que ambas partes estén conformes con la toma de decisión llevada a cabo por ambos".

Lo bueno que tienen estas fechas es que siempre sabemos cuándo van a ser, así que “podemos ir preparándonos para que cuando lleguen no nos pillen de sopetón”, explica Arroyo. Todo esto es más complicado porque “la familia de origen es una parte muy importante para cada uno de nosotros, ya sea desde el amor, desde la resignación, desde la pena, desde la educación o desde la mera tradición que nos marca la sociedad", argumenta la experta.

Hablar, fundamental para evitar malos rollos

No es ningún secreto que la relación de la suegra con la nuera suele levantar muchos malentendidos, generalmente, si la suegra está constantemente haciendo comentarios sobre “cómo debería cuidar” su nuera a “su hijos”. Pero no solo a veces entra en conflicto la suegra, también hay cuñados/as que puede parecer que nos hacen la vida imposible, especialmente, cuando nacen los hijos y sobrinos y parece que se crean celos con respecto a quienes son los nietos mejor y más atendidos. Todos esos roces que uno pueda percibir debe hablarlos con tranquilidad con su pareja.

Pilar Arroyo cree que lo mejor es “poner todos los asuntos encima de la mesa y que uno a uno se vayan tratando desde el sentir de cada uno. Por ejemplo, "me siento incómoda cuando tu madre me habla de ti como si yo no te cuidase", "me duele que tu hermano ni me mire", "siento que a nuestros hijos no les hacen caso y eso me parte el alma", "me gustaría sentir el agradecimiento por parte de tu familia cada año por preparar la cena de Nochebuena". "Si hacemos esto" –continúa- "estaremos logrando mostrar a nuestra pareja cómo nos sentimos, ya no desde el enfado y el fuera de sí que nos generan en ocasiones estas disputas reiterativas, sino que nos mostraremos auténticos, desde la realidad de cómo nos sentimos en ciertas situaciones con el otro y sobre todo y, fundamentalmente, para que no se convierta en una pelea por defender o dejar de defender, sin insultar o decir algo que pueda molestar a tu pareja. Así también lograrás que tu pareja empatice contigo de una manera más auténtica. A través de la escucha, permitiéndoos decir todo aquello que os hace sentir de una u otra manera en estas fechas con las personas que las pasáis”, concluye.

Este año con mis padres, el que viene con los tuyos

Otro clásico de Navidad es dónde celebrarla. La mayoría de las parejas asume que cuando se casa (o se van a vivir juntos) dejan de pasar las navidades separados entre sí para irse con su familia de sangre. Otros, sin embargo, optan por seguir como siempre. Cuando sucede el primer caso hay que dividirse, un día en una casa, otra en otro, o un año en una y el otro en otro para no hacer agravios comparativos entre ambas familias. Esto también puede generar conflictos, especialmente, cuando uno de los dos cónyuges no quiere ceder y entiende que su familia es más importante que la de su pareja.

"Lo deseable", explica Arroyo, “es que haya equilibrio, que tratemos de salir los dos razonablemente contentos de ese reparto, probablemente sea recomendable establecer una especie de turnos o alternancia...". "Siempre tratando de facilitar las tradiciones en cada una de las casas y cuando tienen por costumbre reunirse, es decir, si en casa de ella tradicionalmente se celebra celebrando mucho la Nochevieja pues será bueno tratar de estar allí en esos días para facilitar que se vean los primos, los nietos, etc.…sin pensar que hay que establecer un riguroso turno por años pares e impares”, comenta. Y, desde luego, cuando se trate de hablar de esto “hay que huir de las imposiciones categóricas que lo único que generan es bloqueo en el otro. Son mucho mejores compañeros de viaje la mano izquierda y las ganas de ver sonreír al otro", concluye.

¿Cada uno por su lado?

¿Y qué pasa si no nos ponemos de acuerdo y cada uno tira por su lado? Es decir, "nos separamos como matrimonio esos días para ir a cenar/comer cada uno a la casa de sus padres.  Es una opción que algunas parejas contemplan y con la que el mediador Ignacio Tornel no está en absoluto de acuerdo: “No tiene mucho sentido que seamos pareja todo el año y cuando llega el momento de celebrar unas fiestas que son muy familiares actuemos como solteros, por no hablar de que quizás estamos ante una rendición de los dos ante el hecho de que no son capaces de ponerse de acuerdo”. Además, “ese reconocimiento de manera tan clara y, además pública, no creo que sea tampoco nada recomendable". "Creo que es mejor apostar por hablarlo y negociarlo, ceder, tratar de agradar y pensar que hay muchos años por delante para ir haciendo distintas fórmulas", termina el experto.

Ignacio Tornel http://nachotornel.com/

Pilar Arroyo http://crecerconemocion.com/

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