Precisión
Juan Goytisolo, en su tribuna del día 17, señala que si bien nunca se editó el libro colectivo que podría haberse llamado algo así como Los patriarcas, Los padres de las patrias…, la obra terminó realizándose individualmente por la pluma brillante de los escritores del boom que siguieron la senda que décadas antes habían emprendido Valle Inclán con Tirano Banderas y Asturias con El señor presidente. Sin embargo, me permito llamar la atención de la clamorosa ausencia en ese elenco del chileno Enrique Lafourcade quien escribió en 1959, y estando aún vivo el sanguinario dictador Trujillo, La fiesta del rey Acab, un antecedente indispensable del Galíndez de Vázquez Montalbán y de La fiesta del Chivo de Vargas Llosa.— Manuel Alcántara Sáez. Universidad de Salamanca.